La muerte de una mujer atropellada por un auto sin conductor de Uber en Arizona el domingo ha hecho que los defensores de la seguridad automotriz exijan a los reguladores y legisladores de Estados Unidos que no se apresuren a llevar vehículos autónomos a las carreteras del país.
No cuente con eso.
Las iniciativas para simplificar las regulaciones a fin de acomodar esa tecnología emergente están en marcha desde el Gobierno de Barack Obama con un fuerte apoyo bipartidista.
Y la aversión del Gobierno de Trump a las restricciones y regulaciones vuelve aun más improbable que el accidente ocurrido en Tempe, Arizona, en el que un vehículo utilitario deportivo autónomo de Uber atropelló y mató a una mujer, cree nuevas barreras significativas, según exfuncionarios y algunos defensores de la seguridad estadounidenses.
"Honestamente, lo último por lo que las compañías automovilísticas y los desarrolladores de vehículos autónomos tienen que preocuparse en este Gobierno es una regulación estricta", dijo David Friedman, un ex funcionario administrativo de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras durante el Gobierno de Obama, que ahora es director de políticas de automóviles y productos para Consumers Union.
Reescribir las reglas
En enero, la administración de seguridad comenzó a solicitar comentarios de la industria y el público sobre cómo reescribir las reglas de seguridad automotriz, muchas de ellas vigentes desde hace décadas, para acomodar los vehículos autónomos.
En las orientaciones para las políticas seguridad de vehículos autónomos lanzadas en septiembre, la secretaria de Transporte, Elaine Chao, usó la palabra "voluntario" 57 veces.
Sus partidarios dicen que la tecnología podría ayudar a reducir las 35,000 muertes que ocurren en las carreteras de EE.UU. cada año, la gran mayoría de las cuales, según la investigación, son causadas por un error humano. Los defensores de la seguridad han criticado el enfoque como demasiado liviano y carente de supervisión ante una tecnología que aún se encuentra mayormente en la fase de desarrollo.
"Han decidido no ocuparse y simplemente dejar que la industria desarrolle la tecnología como desee", dijo Peter Kurdock, director de asuntos reguladores de Advocates for Highway and Auto Safety. "Como no hay supervisión federal, desafortunadamente, nos preocupa que veamos más muertes como resultado de colocar esta tecnología en las carreteras antes de probarla y verificarla adecuadamente".
Después de que un automóvil de Tesla Inc. chocó de costado a un camión mientras operaba en forma autónoma en el 2016, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte comprobó que el diseño del sistema, que permitía a los conductores retirar sus manos del volante durante períodos prolongados, contribuyó al choque, en el que el conductor murió.
"Este trágico incidente deja en claro que la tecnología vehicular autónoma tiene un largo camino por recorrer antes de que sea verdaderamente segura para los pasajeros, peatones y conductores que comparten las carreteras estadounidenses", dijo el senador Richard Blumenthal, demócrata de Connecticut, en una audiencia el martes sobre defectos de las bolsas de aire en automóviles.
"Mi esperanza es que aprendamos una lección de la experiencia con airbags y sus defectos para aplicarla a la tecnología más compleja de vehículos de conducción autónoma y miremos con atención, nos preparemos meticulosamente y cuidemos la seguridad antes de saltar a una tecnología futura desconocida", agregó.