Las startups han sumado varios casos de éxito en el Perú como Crehana, Talently, Netzun, Chazki, entre otros. ¿Qué lecciones pueden obtener las grandes empresas de estos emprendimientos tecnológicos y cómo lo vienen aplicando?
El docente del Centro de Innovación y Desarrollo Emprendedor (CIDE PUCP), Henry Yauri, explica que en Perú se está en una etapa de adopción de metodologías de startups. Y resalta la agilidad como parte de los procesos de estos emprendimientos.
“No solo se trata de hacer las cosas rápidas, sino se basa en experimentación, la idea de hacer prototipos, pruebas, conocer al usuario. Eso ha ayudado a muchos emprendedores a entender el mercado y en muchos casos desilusionarse de la idea, porque se dan cuenta que ellos buscan algo distinto”, expresa.
En el país hay ejemplos de corporaciones que buscan adoptar algunas prácticas de las startups. Principalmente, las entidades financieras son las que han introducido a su modelo laboratorios de innovación. Está el caso de Credicorp con Krealo, y otras iniciativas del BBVA e Interbank.
Para Yauri no es casualidad que sean las entidades financieras las que más optan por estas prácticas ya que donde las startups han tenido más éxito en Perú es en las fintech y se vislumbra más éxito en el futuro.
Agregó que hay otros sectores que no necesariamente tienen un espacio de innovación, pero anexan startups ya sea de manera interna o a través de convenios. En minería, menciona a Antamina que trabaja con Q’aira con drones que miden la contaminación del aire y hacen seguimiento logístico de unidades. Y lo mismo ocurre con Culqui que era una pasarela de pago, y fue adquirida por el Krealo.
Por su parte, el director de StartUPC, aceleradora de la UPC, Renzo Reyes señala que se han adoptado tres factores de las startups: la rapidez para tomar decisiones, la rapidez para lanzar un producto al mercado y la manera cómo piensan.
Haciendo el comparativo, el proceso para tomar decisiones en una corporación es muy vertical, y en startup es más horizontal, y en consecuencia más rápido.
En lo que se refiere a la velocidad para lanzar un producto al mercado, apunta que en una empresa hacen cinco estudios y cuando está convencidos que el producto puede tener éxito, lo lanzan. “Mientras que en una startup pasa de idea a prototipado en dos semanas y el mercado rápdamente te da un feedback para pulir el producto”, expresa.
En cuanto a la forma de pensar de un emprendedor tiene menos miedo al fracaso y asume un poco más de riesgo, y las corporaciones, por el contrario, evitan el riesgo.
Sostiene que las empresas peruanas están entre las últimas de la región que han empezado a trabajar de esta manera. Pero cree que estamos avanzando rápido, liderados por tres empresas como Alicorp, Interbank y BCP que les enseñan a los demás sobre este pensamiento. “Mientras las más grandes asuman riesgos, las más chicas van a aprender de ello”, dice.
Agua y aceite
Para Pedro Mateos, Innovation & Agile Manager de Opinno Perú, la cultura startup dentro de una corporación es como el agua y el aceite. Y cuando las grandes compañías quieren aprender estas metodologías muchas veces encuentran barreras.
“En una startup las reglas se van definiendo sobre el camino, en una corporación casi todo esta reglado o regulado, hay procesos y procedimientos”, acota. Por lo que se debe hilar fino para lograr tener éxito.
En este punto, Yauri acota que en las empresas grandes hay áreas donde se trabaja de manera aislada y donde cada quien defiende su territorio. Mientras que las startups tienen equipos multidisciplinarios, que siempre están apuntando a un solo objetivo: conocer al usuario para entregarle un producto que solucione un problema.