(AP).— Cinco años después de que un satélite de la NASA para vigilar las emisiones de dióxido de carbono cayera sobre el océano tras su despegue, la agencia espacial lanzará un modelo calcado, pero esta vez en un cohete diferente.
La misión, valorada en US$ 468 millones, está diseñada para estudiar las emisiones del principal impulsor del cambio climático, procedentes de chimeneas y tubos de escape. Parte de ese dióxido de carbono es absorbido por los árboles y los océanos, y el resto queda suspendido en la atmósfera, atrapando el calor del sol y calentando el planeta.
Pero los niveles de CO2 en la atmósfera varían con las estaciones y en distintas zonas del planeta. Las actividades naturales y artificiales que provocan los cambios son complicados. El Observatorio Orbital de Carbono-2, o OCO-2 en sus siglas en inglés, podrá echar una mirada ultra detallada a la mayor parte de la superficie terrestre para identificar los lugares donde se produce o absorbe este gas de efecto invernadero.
"Esto nos permitirá comprender qué procesos controlan la cantidad de carbono absorbido en un momento y lugar determinados", explicó en un correo electrónico Anna Michalak, científica de la Institución Carnegie para Ciencia y que no forma parte de la misión.
La misión, diseñada para durar dos años, podría ofrecer datos que ayudarán a los científicos a hacer predicciones sobre los niveles futuros de dióxido de carbono y su impacto.
La NASA sufrió un gran desastre científico —y financiero— en 2009, cuando un cohete que portaba al satélite original cayó en las aguas del océano Antártico unos minutos después de despegar de la base aérea militar de Vandenberg, en la costa central de California.
Tras el accidente, los ingenieros volvieron a trabajar y construyeron un satélite gemelo casi idéntico, que estaba previsto enviar el martes antes del amanecer.
En lugar de emplear el mismo cohete, este modelo se lanzará con un Delta 2.
Después de entre seis y siete semanas, el espectómetro del satélite comenzará su misión de escanear la tierra. La NASA espera ofrecer los datos de forma gratuita a principios del año que viene.