Hong Kong. Ante el anunciado cese de las actualizaciones de Android en sus teléfonos, el gigante chino Huawei podría desarrollar su propio sistema operativo para competir con los de Google y Apple (iOS).
El número dos del mercado de los smartphones en el mundo se vio atrapado en el conflicto comercial entre Estados Unidos (EE.UU.) y China.
Tras las restricciones que impuso la administración de Donald Trump, Google [cuyo sistema Android equipa a la inmensa mayoría de los smartphones en el mundo] anunció el domingo que iba a cortar los lazos con el gigante chino. Washington acordó después un plazo de tres meses.
Huawei, bajo presión, podría acelerar el desarrollo de su propio sistema de explotación, que ya estudia desde 2012. Incluso, el fabricante chino admitió hace un tiempo que estaba trabajando en un sistema alternativo.
"Nos estamos preparando para esto. Si tuviésemos que dejar de usar estos sistemas [como Android], deberemos estar bien armados", explicó Richard Yu, director general de la división de productos de consumo del grupo, en una entrevista en marzo con el diario alemán Die Welt.
"Es nuestro plan B. Pero preferiríamos por supuesto trabajar de manera concertada con los ecosistemas de Google y Microsoft", subrayó.
Esta plataforma Huawei, actualmente desarrollada en su versión beta y llamada "Hongmeng", "reemplazará progresivamente a Android", aseguró el lunes el diario oficial chino Global Times, citando a la prensa local.
"Excepcionalmente difícil"
Huawei se mostró siempre prudente, pues desarrollar todo un sistema operativo con el ecosistema entero que le acompaña, para seducir a usuarios y desarrolladores, es sumamente complejo.
Además del Android de Google, el otro sistema de explotación extendido es el iOS de Apple, disponible exclusivamente en los productos de la marca.
Microsoft intentó lanzar una versión para móviles de su famoso Windows en 2010, pero solo logró ofrecerla en sus propios teléfonos. El Windows Phone no tuvo éxito y Microsoft abandonó la aventura en 2017. Su sistema desapareció a finales de 2019.
En cuanto al sistema "libre de derechos" Tizen desarrollado por Samsung, sigue siendo confidencial.
El desafío, según los expertos, es que se necesitan años para ganar la confianza de los fabricantes de smartphones y de desarrolladores de aplicaciones para que estos adopten sus programas al nuevo sistema, de manera que se seduzca finalmente a los usuarios con una oferta variada.
Concebir un sistema de explotación "de manera eficaz y con éxito, es excepcionalmente difícil", insiste Ryan Whale, del Centro de Derecho y Tecnología de la Universidad de Hong Kong.
Huawei se verá lastrado por "un hándicap de competencia", pues sus rivales en el mercado continuarán usando Android, añadió.
Eventualmente puede contar con los otros fabricantes chinos, como Oppo o Xiaomi, para adoptarlo.
Pero sin el acceso a la versión completa de Android, a los servicios de Google, y a las múltiples aplicaciones disponibles en la tienda Google Play, el gigante chino podría tener dificultades para convencer a los consumidores fuera de China de comprar sus teléfonos.
El fabricante se impuso, especialmente en Europa, gracias a sus aparatos perfeccionados, elogiados por sus funciones fotográficas.
Huawei "sabía bien que como gigante de las telecomunicaciones uno debe [...] controlar las principales tecnologías", indica Wong Kam Fai, profesor de la Universidad china de Hong Kong.
"Ya tienen su sistema, pero no están listos" para difundirlo, observó.