Las empresas enfrentan un entorno cambiante y altamente competitivo. Los profesionales necesitan estar a la altura de las demandas laborales y estar preparados para afrontar los retos de un mundo pospandemia. Estudiar un posgrado se torna indispensable. Es una inversión en capital intelectual con miras a obtener una mejora laboral, ser más competitivos, asumir el liderazgo y ampliar conocimientos.
Hoy en día, las empresas “son más exigentes en los requerimientos relacionados con experiencias, conocimientos y el nivel de especialización según el área funcional”, menciona Rosario Almenara, vicepresidente de LHH DBM Perú.
En muchos casos, añade Almenara, las organizaciones solicitan un alto dominio de determinadas herramientas (metodologías ágiles), certificaciones (sistemas de gestión de calidad, entre otros) y que el profesional haya llevado cursos de especialización en su ámbito técnico-funcional (tecnología, finanzas, ventas, marketing, legal, operaciones, entre otros).
Por supuesto, también valoran que los ejecutivos y profesionales cuenten con un nivel de inglés avanzado. Esto puede respaldarse con un certificado de idiomas o, incluso, con la experiencia de haber vivido un tiempo en un país de habla inglesa.
COMPETENCIA EN ESTUDIOS
A los profesionales no les basta una maestría, llevan más de una, además de cursos de especialización y diplomados. Pero, por supuesto, la idea no es coleccionar cartones, sino elegir el tipo de estudio que le conviene más a cada profesional. Como dice Joseph Zumaeta, ex gerente general de Bumeran y experto en negocios digitales, para el mercado laboral, tener una maestría es muy importante e incluso haberla llevado en el extranjero o como parte de un convenio de doble grado genera un punto a favor. También se toma en cuenta dónde se realizaron los estudios.
406 programas de doctorado ofrecen las universidades licenciadas a nivel nacional. (Fuente: Sunedu)
“En el proceso de contratación se valora mucho si la institución donde se estudió es de prestigio y brinda los conocimientos relevantes para cumplir con las funciones que se le encargarán al trabajador, sin ser determinante el país donde se realizó”, puntualiza Zumaeta.
NUEVAS DEMANDAS
La pandemia provocó un cambio drástico en el modus operandi de las empresas, a nivel global. Ello derivó en un cambio en los requisitos que solían solicitar las empresas al momento de contratar personal.
“Si bien las maestrías siguen siendo muy valoradas por los empleadores, en los últimos años la especialización en conocimientos relacionados con la labor que van a desempeñar cobró mayor relevancia”, indica Joseph Zumaeta.
Como ejemplo, señala que las especializaciones en marketing digital o metodologías ágiles son solicitadas como requisito obligatorio para posiciones más ejecutivas en las áreas de marketing. En tanto, el MBA pasó a convertirse en un estudio valorado, mas no obligatorio.
AUGE DIGITAL
La digitalización en los últimos dos años se ha expandido transversalmente a todos los sectores y, junto a ella, la transformación digital. En ese sentido, “las empresas que no hayan invertido más de un 10% de su presupuesto en implementar tecnología de cara a comercializar en línea sus productos o servicios van a quedar fuera del mercado”, expresa Ernesto Rubio, gerente general de Ronald, CareerServices Group.
Las maestrías más demandadas en el Perú se vinculan con las carreras de Administración, Medicina Humana, Ingeniería Civil, Marketing y Ventas, Derecho, Finanzas y Tecnologías de Información, entre otras, según el Grupo Educación al Futuro.
A diferencia de años atrás, las especializaciones o títulos en línea tienen un valor alto actualmente. Es por eso que “cursos en escuelas de primer orden mundial, como son el MIT, Stanford, entre otras, ofrecen especializaciones y certificaciones enfoca - das en la gestión de la digitalización, creación, transformación, ejecución y postventa. Estas especializaciones agregan valor a cualquier perfil profesional por la transversalidad de la materia”, advierte Rubio.
Las empresas de todo el mundo han vivido estos cambios y las áreas de recursos humanos o gestión del talento se han lanzado a buscar profesionales que estén a la par de la transformación.
HABILIDADES BLANDAS
Antes de la pandemia, el estudio What Workers Want 2019, elaborado por la multinacional de recursos humanos Hays, indicaba que el 55% de las empresas encuestadas le daban más importancia a las habilidades transversales de sus trabajadores que a las técnicas, que son valoradas solo por el 45%.
Específicamente, ¿cuáles son estas habilidades blandas? Según el mencionado estudio, para el 65% de las pymes, los postulantes a un puesto deben tener capacidad de resolución de problemas. Esta misma característica se demanda en el 56% de las startup y en el 58% de las compañías grandes.
Que las personas cuenten con la habilidad de flexibilidad/adaptación es muy valorado por el 57% de las grandes compañías y el 54 % de las pymes, pero solo para el 28 % de las startups es relevante.
MAYORES EXIGENCIAS
Lucas Reaño, director del Centro de Gestión de Carrera de GERENS, cita el libro el libro “El futuro del trabajo”, de Patricia Cánepa y Patricia Merino, el cual advierte que cada vez se exigirá del profesional más creatividad, más actividades intelectuales y colaboración, que generen mayor realización personal.
“Las actividades más difíciles de automatizar en el corto plazo son las que involucran expertise en la toma de decisiones, planea - miento, interacción humana o trabajo creativo. Los trabajos y carreras cuya demanda crecerá son de desarrollo tecnológico, ética y política, imaginación y creatividad, salud, neurociencia, genética y biotecnología, sostenibilidad y transporte, en lo cual coinciden el BID, World Economic Forum y Singularity University”, afirma Reaño.
Las 5 habilidades tecnológicas que han crecido más desde la pandemia, según Udemy Businees, son: computación en la nube, ciberseguridad, ciencia de datos, operaciones de TI y desarrollo de software.
En la nueva normalidad, las empresas se preocupan por formar a sus trabajadores en habilidades técnicas. Las estrategias en boga en las organizaciones son el upskilling (formación de los colaboradores en nuevas habilidades o competencias) y reskilling (reciclaje laboral: aprender determinadas funciones para trabajar en otra cosa).
En este sentido, cualquier estudio que uno realice con el objetivo de reinsertarse en la ola digital y en el aprendizaje de nuevas funciones y nuevas habilidades será bien valorado en las empresas.
ESTUDIAR PARA MEJORAR
Toma en cuenta que la competencia laboral es feroz. La preparación profesional puede ser clave para conseguir mejoras en el trabajo. Por eso las universidades despliegan una amplia oferta en programas de posgrados. “Los doctorados serán, en unos cinco años, los equivalentes al MBA y una nueva necesidad para ejecutivos que les guste el estudio, fundamentalmente”, sostiene Rubio.
Hay un conjunto de herramientas que debe cargar un profesional en su mochila. Además de su actitud y sus habilidades blandas, es muy valorado el conocimiento actualizado y ajustado a las necesidades coyunturales de las empresas.