Un pequeño anticuerpo producido por las llamas resulta eficaz para bloquear el nuevo coronavirus, descubrieron investigadores de la universidad belga de Gante, quienes reivindican "un avance muy importante" de cara a un tratamiento antiviral.
El profesor Xavier Saelens del Instituto Flamenco de Biotecnología (VIB) explicó a la AFP que no es la primera vez que en Bélgica se recurre a animales de la familia de los camélidos (dromedarios, llamas, alpacas) en la investigación médica.
"Ya existe en el mercado un medicamento que proviene de los anticuerpos de una llama", aseguró en referencia al Caplacizumab, un tratamiento contra una enfermedad rara de la coagulación de la sangre, la púrpura trombocitopénica trombótica adquirida.
El actual descubrimiento sobre el nuevo coronavirus provino de dos equipos dirigidos por los profesores belgas Xavier Saelens y Nico Callewaert, en colaboración con un laboratorio de la universidad de Texas, dirigido por el profesor Jason McLellan.
Al inocular a una llama cobaya una proteína llamada "de pico" presente en la superficie de este virus, constataron que el animal conseguía producir un anticuerpo capaz de desempeñar el papel de escudo y de "neutralizar" los efectos del virus.
"La llama desarrolló un respuesta inmunitaria contra esta proteína", subrayó Dorien De Vlieger, una investigadora del VIB, precisando que el objetivo es producir un "tratamiento antiviral consistente en administrar este anticuerpo a los pacientes".
Las primeras pruebas en humanos podrían llegar "para finales de año", estimó.
A diferencia de una vacuna, que hace que la persona produzca por sí misma los anticuerpos y que puede tomar tiempo, este tratamiento podría ser útil a corto plazo y utilizarse en personas ya enfermas, según la investigadora.
Este laboratorio belga ofrece uno de los múltiples ejemplos de investigación médica para luchar contra el nuevo coronavirus a través del mundo.
En concreto, se trata de una investigación académica, independiente de la industria farmacéutica, en la que participan una veintena de estudiantes de tesis de la universidad de Gante.
Los investigadores de Gante y de Austin en Estados Unidos iniciaron en 2016 su colaboración para encontrar, en ese momento, la cura para otros virus del tipo SARS.
La aparición de la nueva pandemia impulsó sus esfuerzos.
Según ellos, el pequeño anticuerpo presente en la llama y que pudieron aislar “se une a una gran parte del SARS-CoV-2” (el nuevo coronavirus), impidiéndole “penetrar en las células huésped” del virus.
"Es un avance muy importante en la lucha contra la COVID-19", afirma el profesor Saelens.
Respecto a la llama centro del programa de investigación, una hembra de cuatro años bautizada Winter, su ubicación en Bélgica se mantiene en secreto.
“Tememos los activistas de los derechos de los animales, pero también debemos preservarla al máximo del estrés”, explicó Dorien De Vlieger.