El ambicioso plan de S/ 25,600 millones (casi US$ 7,000 millones) para reconstruir el norte de Perú tras las grandes inundaciones ocurridas cuatro años atrás comienza a ganar velocidad pese a la pandemia, sobre todo tras la entrada en el proyecto del Reino Unido.
Si bien las obras abarcan 13 de las 25 regiones de Perú, el acento está en las norteñas Tumbes, Piura, Lambayeque y La Libertad, las más golpeadas por un desastre que en el 2017 causó 162 fallecidos y 300,000 damnificados y destruyó 400 escuelas, 70 centros de salud, 4,400 kilómetros de carreteras y casi 500 puentes.
De momento han sido concluidas 4,100 obras, más de la mitad de ellas en el último año, aseguró la directora ejecutiva de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC), Amalia Moreno, que asumió el cargo a finales del 2019.
También hay otras 1,700 en ejecución y 1,300 en proceso de contratación, lo que le permite afirmar a Moreno que hay un avance de 65% dentro de los S/ 19,000 millones (unos US$ 5,200 millones) contemplados para financiar obras a manos del Estado, tanto por el Gobierno central como por los Gobiernos regionales y municipios.
“Miramos dónde están esas obras que pueden ser pequeñas pero que son una necesidad de la población como colegios, pistas o caminos. En un año hemos hecho 2,100”, destacó Moreno.
“A pesar de la pandemia, estamos teniendo resultados increíbles en comparación con la gestión anterior, pero todavía falta una parte importante”, agregó.
Con garantía británica
Para las obras más relevantes se suscribió a mediados del 2020 un convenio de Gobierno a Gobierno (G2G) con el Reino Unido, similar al firmado con el mismo país para construir en un tiempo récord de dos años todas las sedes de los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
“Cuando hacemos gestión pública sin un paraguas como el que te da el convenio G2G, tienes que lidiar con acusaciones diarias y denuncias de aquí y de allá que no te permiten ejecutar con tranquilidad”, resaltó Moreno, que ya manejó muy de cerca el convenio con Reino Unido para Lima 2019.
“El soporte que nos da el Reino Unido nos ayuda primero en la confianza, la transparencia, la gestión por resultados, que te permite mostrar resultados confiables; y sobre todo la transferencia de conocimiento. Hay cosas que el propio Reino Unido reconoce que ya no necesitamos ayuda”, continuó.
Diseños desde cero
La parte británica está a cargo de gestionar y asesorar en la reconstrucción de 74 escuelas y 15 establecimientos de salud, además de la adecuación de los cauces de 17 ríos y de la mejora del drenaje pluvial de 7 ciudades para evitar que urbes completas queden de nuevo anegadas, como ocurrió en el 2017.
Buena parte de estas obras, que en conjunto suman unos S/ 7,000 millones (unos US$ 1,900 millones) en inversión pública a lo largo de dos años, comenzarán durante la segunda mitad del 2021, una vez que concluyen los diseños.
“Han tenido que rehacerse o hacerlo desde cero porque no había nada”, apuntó Moreno, cuya oficina en la segunda entidad pública de Perú con mayor presupuesto en inversión pública en infraestructura, solo superada por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones.
“El primer cambio es darnos cuenta de que no podemos seguir con la idea de parchar las necesidades. Generalmente en Perú ponemos parches cuando tenemos miedo de hacer una solución integral”, añadió.
Reformas integrales
En ese sentido, las soluciones integrales para los ríos se componen de un aumento de la capacidad del cauce y una mejora de las defensas ribereñas con reforestación, así como la instalación de sistemas de alerta temprana que avisen a la población de posibles crecidas del río o de la llegada repentina de un aluvión.
“En este momento tenemos cinco paquetes de soluciones integrales de defensas ribereñas y uno en proceso de selección: el reservorio El Higuerón, en Tumbes. Son retos grandes porque hace 24 años que no hacemos un reservorio en Perú de estas características”, valoró Moreno.
“Perú hace años que ha dejado de invertir en desarrollo e innovación tecnológica en agricultura, y así que el desastre natural es un buen pretexto para recuperar lo que se ha perdido”.
El tiempo apremia en esta carrera contra la naturaleza para que no se repitan las trágicas imágenes del 2017, pues El Niño es un fenómeno climatológico que se repite cíclicamente, con lluvias torrenciales, desborde de ríos y grandes inundaciones que dejan desamparada a la población del norte de Perú cada vez que ocurre.