Redacción Gestión

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(AFP) La presidenta brasileña, , luchará esta semana por su supervivencia política en el Congreso, los tribunales y las calles, pero sus posibilidades de lograrlo están menguando, estiman analistas.

Rousseff enfrenta en el Congreso un proceso de impeachment (juicio político) por supuestamente maquillar las cuentas públicas, mientras la máxima corte electoral estudia si su campaña a la reelección tuvo financiación ilegal.

Esas amenazas parecían haber disminuido en las últimas semanas. Incluso los bajísimos niveles de popularidad de Rousseff estaban subiendo modestamente.

Pero el viernes se lanzó contra su izquierdista Partido de los Trabajadores lo que el analista Gabriel Petrus calificó de "bomba atómica": el traslado forzado del carismático expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, mentor y predecesor de Rousseff, a declarar ante la Policía por el escándalo de corrupción en la estatal Petrobras.

Lula está acusado de aceptar sobornos de compañías constructoras involucradas en el megaescándalo que defraudó unos US$ 2,000 millones de la petrolera.

La extraordinaria escena de un poderoso expresidente obligado a entrar a un coche policial rodeado de oficiales vestidos de ropa camuflada y con rifles, llevó las tensiones al punto de ebullición.

Ambos campos, el oficialismo y la oposición, prometen ahora llevar la lucha a las calles del país, mientras los partidos de oposición en el Congreso se frotan las manos con el nuevo impulso que recibe el impeachment.

Rousseff acusó este lunes a la oposición de querer "dividir el país". Los problemas de Brasil se deben a la "sistemática crisis política que provocan aquellos que están disconformes, que perdieron las elecciones (presidenciales del 2014) y quieren anticipar la elección del 2018", lamentó.

Todo o nadaPetrus, de la consultora Barral M. Jorge Asociados de Brasilia, dijo que tanto Lula como Rousseff están contra las cuerdas, pero no se dejarán vencer fácilmente.

"El PT tendrá una estrategia del todo o nada. Creo que los dos bandos están preparándose para esa batalla", manifestó.

El PT tratará de mostrar sus músculos con una serie de protestas anunciadas en grandes ciudades para los días 8, 18 y 31 de marzo.

Pero analistas creen que la asistencia será mucho menor que en las protestas opositoras convocadas en todo el país este próximo domingo 13. Enormes multitudes pueden influir en la decisión de legisladores de apoyar el impeachment contra Rousseff.

David Fleischer, profesor emérito de ciencia política de la Universidad de Brasilia, opinó que los fiscales están "estrechando el cerco" en torno a Lula, quien niega haber recibido sobornos de constructoras y asegura que la operación policial en su contra fue "un show mediático".

"Probablemente estará en la cárcel en un par de semanas", predijo Fleischer.

Pero como mostró la reacción al drama del viernes, los simpatizantes del PT ven los embates legales contra Lula y Rousseff como un ataque de la élite contra la esencia misma del movimiento de izquierda. Y eso los subleva.

Peligrosos examigosLa presidenta del mayor país de Latinoamérica es una exguerrillera de izquierda que soportó la tortura durante la dictadura militar (1964-1985). Pero hasta sus habilidades para la supervivencia pueden ser ahora insuficientes.

Analistas aseguran que la suerte de Rousseff tal vez no se decida en las calles ni en el tribunal superior electoral, sino en los despachos de fiscales y policías, donde exaliados y examigos involucrados en el escándalo en Petrobras están negociando reducciones de sus penas a cambio de suministrar información privilegiada.

Según reportes sin confirmación, quien era hasta hace poco el hombre de confianza de Rousseff y el principal líder del PT en el Senado, Delcidio Amaral, acusado de participar en el 'Petrolao', se prepara para testificar que la presidenta obstruyó la investigación de la inmensa trama de corrupción.

Su presunta 'delación premiada' ha revolucionado el mundo político y podría dar munición gruesa a quienes apoyan el juicio político.

Otras grandes figuras arrestadas por presunta corrupción en Petrobras son el millonario Marcelo Odebrecht, presidente de la empresa constructora que lleva su nombre, y Joao Santana, el gurú de campañas electorales de Rousseff y Lula.

"Habrá muchas más delaciones premiadas, nueva información que saldrá a la luz, y el Congreso reanudará el procedimiento de impeachment, probablemente la semana próxima", señaló Fleischer.

Rousseff ya aparece como una figura solitaria, con el Congreso paralizado y la economía atravesando lo que parece ser la peor recesión en un siglo.

"Rousseff apenas ocupa el cargo formal de presidenta de la República", dijo este lunes el diario O Estado de Sao Paulo en un editorial. "En la práctica ya no ejerce el poder, excepto por lo que marca el protocolo. Siempre habrá alguien en el Palacio de Planalto para servirle el café".

La prognosis de Fleischer es brutal: "Para fin de año estará fuera".