Redacción Gestión

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Ciudad del Cabo, (Reuters).- El presidente estadounidense, Barack Obama, visitó la desapacible prisión enclavada en una isla de la costa sudafricana el domingo, para rendir tributo al héroe anti-apartheid Nelson Mandela.

El líder sudafricano estuvo en la cárcel de Robben Island durante 18 de los 27 años que pasó en prisión antes de convertirse en el primer presidente negro de Sudáfrica.

El actual presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, también estuvo encarcelado en esta isla ventosa de la costa de Ciudad del Cabo durante el régimen del 'apartheid', que finalizó con la victoria electoral de Mandela en 1994.

El mandatario estadounidense llegó a la isla en helicóptero con su familia.

HistoriaTras tocar tierra en Robben Island, el grupo recorrió la cantera en la que Mandela y otros prisioneros trabajaron durante años. Su guía, un antiguo preso de la cárcel de 83 años y activista anti-apartheid, les contó historias de sus tiempos allí junto a los prisioneros de Congreso Nacional Africano.

Obama dijo a sus hijas que la idea de la resistencia no violenta que se convirtió en una táctica importante de Martin Luther King en Estados Unidos echó raíces en Sudáfrica porque su principal defensor, Mahatma Gandhi, trabajó allí como abogado antes de volver a India.

La delicada salud de Mandela, de 94 años, ha ensombrecido la visita de ocho días a África de Obama. El Gobierno sudafricano dice que su estado es "crítico pero estable".

Protestas en contraAlgunos manifestantes se congregaron en la Universidad de Ciudad del Cabo antes del discurso de Obama, con pancartas contra la política exterior de Estados Unidos en las que se leía "Obama asesino de masas" o "Fin a las guerras de 'drones'".

Muchos africanos están decepcionados por el hecho de que a pesar de las raíces africanas de Obama su padre era de Kenia su única visita previa al continente desde que está en el cargo fue a Ghana en 2009.

El mandatario presentará una iniciativa de US$ 7,000 millones de dólares para duplicar el acceso a la energía eléctrica en un continente en el que sólo una de cada tres personas tienen electricidad.