Tras las últimas afirmaciones realizadas por el ministro de Justicia, Aníbal Torres, pidiéndole al secretario general de Perú Libre y condenado por corrupción de funcionarios, Vladimir Cerrón, que “no se meta en los asuntos del Gobierno”, el presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido, dijo que esta una “posición personal” del ministro, que “probablemente tenga sus razones”.
“Creo que es una opinión personal del ministro, que probablemente tenga sus razones. Nosotros no queremos entrar en ese terreno, sino en resolver los problemas del país”, afirmó en declaraciones a TV Perú.
-Destino del cuerpo de Abimael Guzmán-
Sobre lo que ocurrirá con el cadáver del terrorista Abimael Guzmán dijo que es competencia del Ministerio Público y no del Gobierno. En esa línea, señaló que respetarán la decisión que tome esta institución.
“Como Estado, como Gobierno, no se puede gobernar solo para un sector. El Ejecutivo respeta la independencia del Ministerio Público, el Ministerio Público está facultado para actuar al respecto, las normas ya están establecidas, nosotros vamos a respetar y respaldar lo que va a decidir el Ministerio Publico. Los gestos de políticos no pueden ir por encima de la normativa. Nosotros respetamos lo que determine el Ministerio Público”, refirió durante una visita a San Juan de Lurigancho.
Bellido Ugarte evitó pronunciarse sobre si respalda el pedido hecho por el Ministerio de Justicia el día de ayer, en el que pedía a la Fiscalía que incinere el cuerpo de Guzmán, a fin de prevenir que se perturbe el orden público.
El documento presentado por el ministro de Justicia, Aníbal Torres, advierte a la Fiscalía que debe considerar que otro tipo de sepultura del cabecilla terrorista podría provocar “afectaciones al orden público y la seguridad de toda nuestra sociedad, poniendo en riesgo la seguridad de peruanos y peruanas”.
El cabecilla terrorista Abimael Guzmán falleció el día sábado en su celda de la Base Naval del Callao, en donde cumplía cadena perpetua. Actualmente su cuerpo se encuentra en custodia en la morgue del Callao a la espera de que se decida qué hacer con él.