Periodista
Los últimos quince días nos muestran dos etapas muy marcadas en esta campaña electoral de segunda vuelta.
La semana anterior al debate técnico fue una semana favorable a Perú Libre, y no tanto por lo que hizo su candidato Pedro Castillo, sino por lo que no hizo bien la candidata de Fuerza Popular.
La presencia de determinadas personas en la presentación de su equipo técnico; el intento de debate que terminó en mitin en la puerta del penal de Santa Mónica, con reconciliación familiar incluida; y el señalar que las llamadas esterilizaciones forzadas fueron un programa de planificación familiar; no ayudaron a Keiko Fujimori. Y el resultado fue una ligera ampliación en la brecha de la intención de voto a favor de Pedro Castillo en todas las encuestas.
El fin de semana pasado las cosas cambiaron.
El debate técnico mostró la improvisación general en Perú Libre, expresada en: i) la presencia de representantes que habían sido reclutados a última hora; y, ii) la ausencia de propuestas o de planteamientos coherentes o siquiera medianamente coordinados.
La otra cara de la medalla fue Fuerza Popular, que con algunas presentaciones muy consistentes, generó la percepción de sí tener propuestas, y de haber hecho su tarea en sectores claves y de mucha expectativa para la población.
El abominable asesinato de hombres, mujeres y niños cometido por terroristas de Sendero Luminoso (sea la facción que fuere) en el Vraem abrió un encendido debate sobre la motivación y sobre las implicancias políticas. Pero cualesquiera que sean estas, ha reabierto heridas y temores que muy probablemente se expresen el domingo 6 de junio.
En los últimos días, la actitud de los candidatos ha cambiado. Y esto parece beneficiar a la postulante de Fuerza Popular. Veamos por qué.
Keiko Fujimori ha dejado de lado su permanente persecución a Pedro Castillo y a Vladimir Cerrón, y, con un discurso más propositivo, ha ido en busca de algunos votos a tierra hostil, allí donde la gran mayoría va a votar por Perú Libre.
Pedro Castillo, en cambio, quizás envalentonado –¿o ensoberbecido?– por las encuestas del fin de semana pasado, y –probablemente–en su afán de revertir el resultado del debate técnico, ha endurecido y radicalizado aún más su discurso, y suelta propuestas que luego tienen que tratar de ser corregidas por sus “técnicos”. Algunos incluso toman distancia de ellas. Es el caso de su propuesta de desaparecer o eliminar las AFP para gestar un nuevo sistema de pensiones o para formar un banco de los trabajadores. Un tema muy sensible, sobre todo porque no dice qué pasará con los ahorros de los aportantes a las AFP, que no son pocos. Este puede ser un error que le cueste el rechazo de muchos electores.
Y como cierre de la semana, el hermano de Vladimir Cerrón y virtual congresista de Perú Libre, Waldemar Cerrón, ha señalado que “el equipo técnico es de nuestro partido, no de Pedro Castillo”, y añadió que “el día que el candidato se separe del partido, empieza su desgracia”. Esto ocurre cuando Pedro Castillo trata denodadamente de separarse –por lo menos en el discurso– de Cerrón.
Por lo anterior, parece que esta semana que se cierra es favorable a Fuerza Popular, y esto podría verse reflejado en las encuestas.
Es un momento crítico, en el que un error puede costar la Presidencia.