¿Cuándo se considera que un presidente tiene "incapacidad moral"?

El presidente Kuczynski cruza la cuerda floja entre Palacio de Gobierno y el Congreso de la República. En menos de una semana se podría decidir su destino. Es decir, si continúa en el cargo.

Hoy en el Parlamento se debate la admisión del pedido de vacancia del mandatario por "incapacidad moral permanente", y se necesitan 52 votos para que pase. Solo el fujimorismo cuenta con más de 70.

¿Pero qué es la incapacidad permanente? ¿Y sobre todo, cuándo se vaca a un presidente bajo esta premisa?

El constitucionalista Aníbal Quiroga explicó los pormenores de este mecanismo a Gestion.pe, y la respuesta es bastante simple: cuando el Congreso lo decida.

"La incapacidad moral es un proceso jurídico constitucionalmente indeterminado", señaló el letrado.

Es decir, no existe una definición determinada de lo que significa la incapacidad moral o física, "es absolutamente subjetivo", observó.

"¿La amputación de una pierna o la ceguera pueden ser una incapacidad física? Algunos pueden decir que sí, otros no", apuntó.

En resumen, este concepto es 100% subjetivo y depende de la opinión del Congreso, que no necesita ningún elemento probatorio para decidir la vacancia del presidente.

"[la incapacidad moral] Depende del número de votos en el Congreso. En la medida que un presidente no tenga una bancada que lo soporte y la mayoría se su oposición sea numerosa, se va a acercar más a una vacancia", explicó Quiroga.

El caso más cercano es el de Fujimori. Renunció por Fax en noviembre del año 2000, el Congreso no aceptó su renuncia y decidió su vacancia por "incapacidad moral".

La clave está en que, si bien los múltiples delitos de Fujimori eran sospecha común, en ese momento no se le había probado nada. El sustento para su vacancia fue que no quiso volver al país, describió.

Los otros dos antecedentes en la historia peruana se remontan a cien y doscientos años atrás.

El primer presidente del país, José de la Riva Agüero, fue vacado en 1823 por incapacidad moral. Sucede que la inestabilidad política post-independencia resultó en la culminación de su mandato, tras ciertas pugnas con el Legislativo.

El siguiente ocurrió en 1914. Guillermo Billinghurst intentó disolver el Congreso, y esto no mejoró su relación con los parlamentarios. Fue vacado también por incapacidad moral.