El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, minimizó sus diferencias ideológicas con su homólogo peruano, Pedro Castillo, poco antes de recibirlo en la ciudad amazónica de Porto Velho para discutir asuntos fronterizos.
“Será una reunión con el espíritu de las buenas relaciones que debemos tener con todos los países del mundo”, declaró Bolsonaro poco antes de la llegada de Castillo al Palacio Río Madeira, sede de la gobernación del estado de Rondonia y donde será celebrado el encuentro.
Bolsonaro, el mayor referente de la ultraderecha regional, evitó profundizar en sus diferencias ideológicas con Castillo, de la izquierda peruana que llegó al poder el año pasado.
“Tenemos experiencias en Sudamérica que no salieron muy bien” y “Venezuela es un buen ejemplo de eso”, afirmó Bolsonaro, quien apuntó que desea “una región libre, con libertad de expresión” y en la que exista “una buena relación” con aquellos países “democráticos”.
Insistió además en que el interés de Brasil con sus vecinos y con “todo el mundo” es tener “la mejor relación comercial” posible.
“En política, cada uno cuida lo suyo”, pero Brasil “busca las mejores relaciones posibles con todo el mundo” y la negociación de “acuerdos comerciales productivos”, declaró el gobernante brasileño.
Según ambas cancillerías, Bolsonaro y Castillo pasarán revista a la agenda bilateral y se centrarán en asuntos de infraestructura vial, comercio, acceso a mercados y cooperación fronteriza, entre otros temas.
Brasil y Perú comparten una frontera amazónica que se extiende a lo largo de 2,822 kilómetros y tienen una fluida relación comercial, que en el 2021 movilizó cerca de US$ 4,300 millones.
El viaje de Castillo a Brasil se da en medio de una crisis política que le ha llevado a integrar su tercer equipo de Gobierno en apenas seis meses de gestión a fin de intentar garantizar la gobernabilidad en medio de crecientes presiones de parte de la oposición por su destitución.