Veterinarios y zoólogos quitaron el crudo del plumaje a todas las aves rescatadas y comenzaron a alimentarlas e hidratarlas. Además, les pusieron localizadores en un ala.
Veterinarios y zoólogos quitaron el crudo del plumaje a todas las aves rescatadas y comenzaron a alimentarlas e hidratarlas. Además, les pusieron localizadores en un ala.

Con alimentación, hidratación y baños especiales, once pingüinos de Humboldt se están recuperando paulatinamente en un zoológico después de quedar “empetrolados” por un derrame de crudo en la costa central de Perú hace casi tres semanas.

La mancha negra del derrame se expandió con las corrientes marinas hacia el norte, hasta unos 140 km, matando a un número indeterminado de aves marinas.

De más de 150 aves cubiertas de crudo rescatadas con vida, casi la mitad murió después. Las que sobrevivieron ahora reciben atención en el zoológico del Parque de Las Leyendas en Lima, entre ellas los once pingüinos de Humboldt.

Desde que llegaron [los pingüinos] para nosotros fue una gran preocupación, ya que es una especie muy amenazada” que está en peligro de extinción, afirma la bióloga Giovanna Yépez, subgerente del zoológico.

Veterinarios y zoólogos quitaron el crudo del plumaje a todas las aves rescatadas y comenzaron a alimentarlas e hidratarlas. Además, les pusieron localizadores en un ala.

De hambre o intoxicación

El derrame, calificado como “desastre ecológico” por el gobierno peruano, ocurrió mientras el buque tanque “Mare Doricum”, de bandera italiana, descargaba en la refinería de La Pampilla en Ventanilla, 30 km al norte de Lima, propiedad de la petrolera española Repsol. La compañía atribuyó el hecho a la agitación del mar por la erupción volcánica en Tonga.

Patrullas de guardaparques y voluntarios, en la costa y en embarcaciones, han trabajado arduamente en el rescate de las aves alcanzadas por el crudo.

Con petróleo en sus alas, las aves no pueden volar ni alimentarse. Además, su plumaje pierde la condición térmica por lo que sufren hipotermia.

Otras aves que no quedaron “empetroladas” comieron peces contaminados con el crudo y murieron intoxicadas, según el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp).

“Las plumas pueden estar más limpias, pueden no estar manchadas, pero dentro del pico incluso [el petróleo] puede ir afectando ya a través del sistema digestivo, el hígado”, declaró el veterinario Giancarlo Inga Díaz, del Sernanp.

Recios

Los pingüinos de Humboldt, que cazan peces en mar abierto, pueden sumergirse más de 15 minutos. Viven en colonias en las costas de Perú y Chile, cuyas aguas frías son ricas en nutrientes por la corriente de Humboldt, que avanza hacia el norte desde la Antártida.

Es una especie muy recia, han aguantado el problema del hidrocarburo”, explica Yépez, indicando que en el zoológico los alimentan con pejerreyes y anchovetas, los mismos peces que ellos cazan en el mar.

Ahora en su mayoría han triplicado el consumo de alimento. Yo creo que con los pingüinos estamos por buen camino, ya ellos están limpios y están esperando [recuperar] la impermeabilidad de sus plumas para su posterior liberación”, agrega.

En Perú viven unos 9,000 pingüinos de esta especie (Spheniscus humboldti). Son de color blanco y negro tienen unos 50 centímetros de estatura.

Baño con lavaplatos

A la fecha hemos recibido un poco más de 150 aves, de las cuales estamos manteniendo un poco más de la mitad en tratamiento”, porque las demás murieron, explica Yépez.

Las aves que sufrieron el peor impacto por el derrame fueron el guanay (Leucocarbo bougainvilliorum) y el pelícano peruano (Pelecanus thagus), según el jefe de la Reserva Nacional de Islas Guaneras de Perú, Oscar García. También el cormorán azul (Sula nebouxii).

A cada pájaro le dan un baño de dos horas y media. En tinas de plástico les limpian el plumaje con agua a alta presión y detergente lavaplatos líquido. Luego los secan. A muchas aves deben rehidratarlas dándoles agua con jeringas en el pico.

Muchas de ellas han llegado en muy mal estado lo cual dificulta para nosotros el manejo. Eran animales que estaban muy intoxicados o eran animales que estaban muy estresados”, indica Yépez, quien afirma que este derrame fue “un suceso sin precedentes”.