La ciudadela inca de Machu Picchu recibirá, al menos en los próximos tres meses, hasta 4,044 visitantes diarios e incrementará así su aforo, limitado desde el año pasado a 3,044 turistas por día para garantizar la conservación del símbolo más universal de Perú.
Así lo anunció el gobierno peruano, de la mano del ministro de Cultura, Alejandro Salas, quien detalló que la decisión llega tras un estudio realizado junto a las autoridades regionales y locales de Cusco, que pedían aumentar el límite de aforo de la ciudadela para fomentar el turismo en este departamento peruano.
“Hemos aumentado, con este informe, a 1,000 visitantes más, con una evaluación de tres meses para ver si es sostenible o no”, declaró el ministro, quien señaló que, si en ese lapso de tiempo “la solución no ha funcionado como corresponde”, se retrocederá a la capacidad actual, siempre con miras a velar por el cuidado del patrimonio arqueológico del país.
Salas explicó que, inicialmente, los operadores turísticos de la sureña región andina de Cusco solicitaban aumentar el aforo hasta 6,000 visitantes diarios, pero afirmó que esto “es algo que por otros estudios se recomendó que no sea así”.
Antes de la pandemia del COVID-19, el principal atractivo turístico de Perú contaba con una capacidad de 5,800 visitantes por día, pero en el 2020 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) recomendó reducir la cifra hasta un máximo de 2,444 para mitigar el impacto en la conservación del recinto arqueológico.
En octubre del 2021, el entonces titular de Cultura, Ciro Gálvez, dispuso la ampliación del aforo hasta los 3,044 visitantes diarios como medida para contribuir a la reactivación económica del país.
El ministro Salas agregó que, en coordinación con el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, su cartera está trabajando en la incorporación de dos accesos adicionales a la ciudadela inca, con una inversión de más de S/ 5 millones (US$ 1.3 millones).
La ciudadela de Machu Picchu, famosa a nivel mundial desde el viaje exploratorio del estadounidense Hiram Bingham en 1911, es reconocida desde 1983 como patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco, y desde el 2007 es considerada una de las nuevas siete maravillas del mundo.