Gerente Regional Estrategias de Ahorro e Inversión en SURA Asset Management
El desempeño de los mercados en lo que va del año actual dista de manera considerable respecto de los pronósticos delineados a comienzos de éste. Aunque todo indicaba que el presente ejercicio sería aquel en que los principales bancos centrales del mundo retirarían sus estímulos monetarios, las estimaciones del consenso terminaron por diferir de forma importante respecto de las preocupaciones que actualmente mantiene el mercado.
De hecho, tras el avance inicial de la inflación generada por las disrupciones de oferta dejadas por la Pandemia del COVID-19, su tendencia terminó por ser más persistente a lo esperado, al mismo tiempo que el escenario ha presentado incluso un deterioro adicional en la medida que las tensiones bélicas entre Rusia y Ucrania han afectado a los precios de la energía y alimentos, mientras que el anuncio de restricciones a la movilidad en China volvió a impactar a la cadena de suministros.
Este escenario, en su conjunto, ha terminado por incrementar en más de 200Pb a las tasas en dólares a 10 años y generar caídas en los mercados accionarios de más del 20% en el ejercicio actual, hechos que destacan no sólo por su magnitud, sino porque además dan cuenta de un quiebre en la tradicional descorrelación que suele observarse entre activos de renta variable y fija. La excepción a dicha tendencia han sido claramente los activos ligados a las materias primas, como es el caso de aquellos de origen latinoamericano. De hecho, sus bolsas y monedas destacan en su conjunto por registrar una apreciación en el año actual, no obstante que los mercados de renta fija local de la región han corrido la misma suerte que sus pares globales en línea con el escenario inflacionario mundial.
El contexto actual sigue delineando un escenario de corto plazo que presenta desafíos mayores. Es más, el reciente deterioro en los indicadores de inflación para países desarrollados se condice con que posiblemente estos alcancen un nivel máximo sólo a mediados del segundo semestre, lo que ha llevado a que autoridades como la Fed y el Banco Central Europeo vuelvan a endurecer su mensaje. Esta situación, al menos en lo inmediato seguirá generando eventos de volatilidad como los observados recientemente, los que pudieran persistir hasta que los indicadores de precios al consumidor comiencen a mostrar una estabilización.
Un aliciente adicional es que, si bien es cierto que los activos de riesgo han presentado un abaratamiento importante en los últimos meses, estos aún no alcanzan niveles que pueden ser comparables a aquellas cifras más ácidas observadas en momentos de tensiones mayores, al mismo tiempo que la renta fija comienza a ofrecer valorizaciones atractivas, lo que da a entender que, en caso de registrar deterioros adicionales en el escenario inflacionario, habría espacio para nuevas presiones en los índices accionarios.
De todos modos, un escenario de recesión para la economía global no es aquel que predomina entre las proyecciones de los analistas, los que siguen apuntando a que una desaceleración en la actividad económica (si bien de magnitud no menor), sería suficiente para contener la trayectoria inflacionaria, toda vez que los actuales cuellos de botella o la presión que ejercen las tensiones entre Rusia y Ucrania sobre los energéticos y alimentos no sufran nuevos deterioros.
Este escenario, de concretarse, entregaría amplias oportunidades para que los activos de riesgo recuperen el terreno perdido durante la segunda mitad del año. Más aún, la historia en los ciclos de mercado tiende a mostrar que dichas recuperaciones se generan de manera acelerada y en cortos períodos de tiempo, por lo que a menos que la probabilidad de una recesión económica se incremente de manera importante, nuestras preferencias apuntan a mantener una neutralidad entre activos de renta fija y renta variable, o dicho de otra forma, a preferir la cantidad de riesgo justa para la cual los portafolios de inversión fueron diseñados.
A nivel regional, si bien el impacto de las renovadas medidas de confinamiento en China terminó por deteriorar inicialmente el panorama de los emergentes, los anuncios en materia de estímulos fiscales y monetarias y moderación en las restricciones sectoriales informadas de manera posterior comienzan a delinear un escenario más favorable para su actividad, lo que terminará por beneficiar a los países del bloque, dando espacios para prever un escenario más constructivo para sus mercados hacia la segunda mitad del año.
En Latinoamérica en tanto, debemos recordar que sus bancos centrales iniciaron ya hace un buen tiempo sus retiros de estímulos monetarios, llegando incluso a niveles muy superiores a los niveles que pueden ser considerados como neutrales, situación que contribuye ciertamente a sortear los impactos que pudieran generar las alzas de tasas de la Fed respecto de los observado en la historia. Además, los escenarios de inflación mundial tienden a ser períodos en los que las bolsas y monedas de la región se ven beneficiadas, como mencionamos anteriormente, en línea con el mayor precio de materias primas que tiende a coincidir con dichas etapas del ciclo.
Aunque es posible que ambos activos se vean expuestos a los vaivenes de las preocupaciones de una mayor desaceleración económica, de efectivamente enfrentar un escenario más favorable hacia el segundo semestre, éstos podrían ser uno de los mercados que destaque en dicho período. En lo más inmediato, de todos modos, la región puede verse altamente expuesta a la volatilidad de precios actual, de igual forma que el proceso eleccionario en Brasil puede también abrir focos de tensión adicionales, razones que hasta el momento nos limitan de llevarla a ocupar una exposición más preponderante en nuestros portafolios.