Vicepresidente Ejecutivo de Inversiones de Rimac Seguros
Según el FMI, durante 2021, la economía global ha experimentado la tasa de crecimiento económico más alta de los últimos 50 años, al alcanzar 5.88%. Este rápido crecimiento es explicado, fundamentalmente, por la paulatina recuperación de la “normalidad” después de soportar los efectos de la pandemia covid 2019.
Esta rápida recuperación ha sido posible gracias al uso simultáneo de varias tecnologías. En particular: el uso de las tecnologías digitales para mantener buena parte del el mundo comunicado y trabajando incluso durante los momentos de confinamiento más severo; la correcta aplicación de medidas de política monetaria y fiscal que impidieron que se rompa la cadena global de pagos cuando las empresas no podían hacer frente a todas sus obligaciones y, finalmente, al rápido desarrollo de vacunas alrededor del mundo.
No obstante, es justamente el acceso diferenciado a estas tecnologías el que ha creado una enorme diferencia en las perspectivas económicas entre las diferentes regiones. De acuerdo con el FMI, para las economías avanzadas la producción agregada recuperará su trayectoria de tendencia prepandémica en 2022 y la superará en 0.9% en 2024. Por el contrario, el nivel de producción de las economías emergentes y en desarrollo (fuera de China) se mantendría 5.5% por debajo de la tendencia precrisis incluso en 2024.
El acceso de las poblaciones a la tecnología también explica las enormes diferencias que existen en el impacto de esta pandemia en términos de número de contagiados, fallecidos y días de trabajo perdidos sobre cada región. En particular, el acceso a las vacunas.
Las primeras vacunas para combatir el COVID-19 se desarrollaron, probaron y recibieron la autorización de uso de emergencia en 11 meses. Lo más rápido que se había desarrollado antes una vacuna –en la década de 1960- fue 4 años. Según el FMI, sin embargo, en este aspecto también subsisten diferencias importantes entre las regiones. Si bien el 60% de la población de las economías avanzadas ya está completamente vacunado cerca de 96% de la población de los países de bajos ingresos sigue sin vacunarse. El Monitor de Vacunas de Bloomberg estima que podrían necesitarse otros 6 meses para cubrir el 75% de la población global y alcanzar la esperada inmunidad de grupo.
Más que hablar de “normalidad” tenemos que pensar en una “nueva normalidad”. El impacto de esta pandemia sobre nuestros hábitos y costumbres perdurará en el tiempo porque la necesidad de responder a la rápida expansión de esta enfermedad aceleró el proceso de adopción de algunas tecnologías. En particular, el uso extendido de las tecnologías de comunicación y de procesamiento de datos digitales.
Según una encuesta global de McKinsey a ejecutivos, las empresas han acelerado la digitalización de sus interacciones con clientes, cadenas de suministro y operaciones internas en 3 o 4 años. Además, la proporción de productos digitales en sus portafolios se ha acelerado en 7 años. Los ejecutivos también mencionaron que sus compañías respondieron a los cambios relacionados a la pandemia 20 o 25 veces más rápido de lo que creían posible antes de la crisis.
Si bien no es posible establecer cuánto más severo habría sido el impacto de esta pandemia de no existir estas tecnologías, es claro que el número de fallecidos y el número de días de trabajo perdidos se habría multiplicado exponencialmente. Incluso así, el mundo seguirá enfrentando el impacto de este desastre sanitario por mucho tiempo dado que se ha retrocedido más de cinco años en la lucha contra la pobreza y la deuda gubernamental se ha incrementado en 20% a nivel global.
A partir de 2022 la economía global reducirá paulatinamente su tasa de crecimiento conforme las regiones e industrias se adecúan a este nuevo orden. De acuerdo con el FMI, la tasa de crecimiento de largo plazo de la economía global es 3.3% con un crecimiento promedio esperado de 3.75% para 2022-2025.