Gerente de Asuntos Internacionales de la SNI
En los últimos dos años, las empresas que se dedican a la exportación o importación -principalmente las pequeñas y medianas empresas (pyme)- han enfrentado grandes desafíos en la cadena logística relacionados con el transporte internacional de mercancías, la ralentización de las operaciones portuarias que causaron el alza de precios y otros sucesos inesperados.
En lo que respecta a nuestro país, el incremento del dólar es un factor decisivo porque impacta sobre las acciones para optimizar los procesos de comercio exterior, pero no es el único problema. Mundialmente, se vive una crisis por la escasez de contenedores y un incremento en los fletes nunca antes visto, ocasionado por las congestiones en importantes puertos del mundo, los retrasos en la recolección de contenedores y por el atasco del canal de Suez en marzo de este año.
Las tarifas de transporte marítimo son un componente importante de los costos del comercio internacional, lo cual plantea un desafío para la economía mundial, debido a que casi todos los productos manufacturados -incluyendo prendas de vestir, medicamentos y productos alimentarios procesados- se transportan por barco.
Cabe resaltar que la restringida movilización social y los cambios en los patrones de consumo provocados por la pandemia ocasionaron un incremento de compras a través del comercio electrónico y una mayor demanda de bienes. Y, como en todo mercado, cuando aumenta la demanda y disminuye la oferta, los precios suben.
Frente a esto, el Perú viene implementando las disposiciones del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio (AFC), ratificado en el 2016, a través del cual se puso en marcha la figura del Operador Económico Autorizado (OEA) para dinamizar el tránsito de mercancías, disminuir costos y agilizar operaciones.
A la fecha, 228 empresas han sido certificadas como operadores y, además, contamos con seis Acuerdos de Reconocimiento Mutuo que permiten la reducción de controles en el país de destino y da prioridad a la empresa en las inspecciones.
Otra medida implementada en el marco del acuerdo es la optimización de la Ventanilla Única de Comercio Exterior como parte del proyecto “Vuce 2.0″, a través del cual se viene desarrollando herramientas como el Observatorio Logístico de Comercio Exterior (OLCE) y el Portal de Acceso a Mercado y Regulaciones.
Del mismo modo, la llegada del Decreto Legislativo 1492 -iniciativa liderada por el Mincetur que fue publicada en el 2020- dispuso la reactivación, continuidad y eficiencia de las operaciones vinculadas a la cadena logística a consecuencia de la emergencia sanitaria producida por el covid-19, bajo dos principios para la reestructuración del mercado: “el que contrata, paga” y “todos los procesos (públicos y privados) son virtuales”.
Estos esfuerzos, si bien son positivos, no tendrán los resultados esperados, en tanto no se diseñen otras soluciones alternativas y creativas, como propiciar la unión de un grupo importante de las pequeñas y medianas empresas que busque negociar mejores tarifas logísticas, debido a que serán las más afectadas y pronto no podrán asumir los elevados costos del comercio exterior. Con ello, también se afectarán los consumidores finales, al ver más limitado el acceso a la diversidad de bienes a la que están acostumbrados.