Por Silvana Lay, miembro del Comité de CADE Ejecutivos 2018

La salud en el Perú se maneja en un sistema fragmentado y complejo, solo en el sector público existen más de 5 prestadores y cada uno con diferente pagador. El Seguro Integral de Salud (SIS) es el financiador para los hospitales del Minsa, y los empleadores, por su parte, son el financiador principal para los establecimientos de la Seguridad Social (Essalud) que dependen del Ministerio del Trabajo. Entre ambos atienden a más de 80% de los peruanos, mientras que solo el 10% se atiende por seguros particulares.

El Minsa, que atiende a más del 50% de la población, no utiliza eficientemente los centros de salud de atención primaria, por lo que gran parte de la población busca directamente los centros de atención de segundo y tercer nivel que, por sus características, deberían enfocarse en atender enfermedades más complejas como las enfermedades autoinmunes, cáncer y otras de alta complejidad.

Un fenómeno similar ocurre en Essalud, que atiende a un30% de la población. Si bien aún debe mejorar, ya ha implementado en dos de sus hospitales asociaciones público-privadas que cuentan, por ejemplo, con la historia clínica electrónica. Aún falta extender el sistema a toda su red para impulsar que cada establecimiento actúe de acuerdo con el nivel correspondiente, pero es un avance claro. Urge tener un sistema de salud interconectado y enfocado en contar con una red eficiente que, además de cubrir la atención primaria, fortalezca el proceso de referencia y contra-referencia donde solo se deriven los casos necesarios, garantizando así la atención integral real del paciente.

¿Y lo anterior por qué? En el Perú, según el Minsa, cada 6 horas fallece una mujer por cáncer de mama. Un sistema apropiado podría asegurar no solo la prevención, sino también la detección, referencia y atención temprana de las pacientes, aumentando sus posibilidades de cura, siempre que reciban el tratamiento óptimo. Lo que nos lleva a otra inmediata necesidad: los medicamentos coberturados por el SIS son alrededor de 850 (PNUME) y en Essalud alrededor de 1,000, cuando en un seguro privado llegan a más de 4,000. Nuestro sistema de salud debe reducir las brechas existentes.

Es importante generar espacios de discusión donde el Estado y el sector privado puedan sentarse de manera abierta y transparente para plantear los cambios necesarios e innovadores, generando sinergias e implementando buenas prácticas y dando al ciudadano un buen sistema de salud sin importar a cuál de ellos se encuentre afiliado. Necesitamos poner al paciente en el centro de la discusión.

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