Foto 3 | VIGILANCIAS.- Es el control visual de las diferentes zonas del campo que abandonan los jugadores oponentes, para tener mayor control de la cancha. Cuando uno emprende un negocio, debe estudiar muy bien a la competencia, no solo con la finalidad de tener mayor alcance de nuestro público objetivo, sino para tener mapeado todo aquello que están descuidando y ampliar nuestro mercado.
Foto 3 | VIGILANCIAS.- Es el control visual de las diferentes zonas del campo que abandonan los jugadores oponentes, para tener mayor control de la cancha. Cuando uno emprende un negocio, debe estudiar muy bien a la competencia, no solo con la finalidad de tener mayor alcance de nuestro público objetivo, sino para tener mapeado todo aquello que están descuidando y ampliar nuestro mercado.

La empresa es la célula básica de nuestro tejido económico y el para su buen manejo y gobierno. Lograr creación de valor para el accionista, con un enfoque a largo plazo, es una tarea que le atañe. A mejores directorios, mejores empresas. Según las estadísticas de la del Perú, sólo el 33% de directorios tienen evaluación anual de desempeño y solo el 25% de los comités especiales están presididos por directores independientes. Una nueva tendencia sobre el rol que debe tener el directorio en la empresa de hoy, exige un mayor involucramiento frente al rol pasivo que tenía en el pasado. Según la prestigiosa firma McKinsey&Company, la clásica supervisión de los directorios ya no es la única función que deben desempeñar.

Entonces, ¿hasta dónde debe involucrarse el directorio en las actividades de la compañía sin interferir con el manejo que es propio de la gerencia? John M. Nash, fundador y expresidente de la Asociación Nacional de Directores Corporativos, acuñó una frase para este dilema que suele abreviarse como NIFO (Noses In, Fingers Out, por sus siglas en inglés) . Significa que un directorio debe adoptar un papel de supervisión activa, pero no involucrarse en la micro administración.

Luego de la crisis de gobierno corporativo en Norteamérica a inicios del presente siglo, que puso en la luz pública los escándalos de empresas emblemáticas como Enron y Worldcom, la ley Sarbanes-Oxley incorporó obligaciones destinadas a lograr un rol más activo del directorio en las corporaciones, para cambiar el rol pasivo y conservador que hasta ese momento era el común denominador.

Hoy se exige que el directorio tenga una mayor actividad y los comités de directorio son un mecanismo recomendable para lograr ese objetivo. Un directorio que se precie de tener un buen gobierno corporativo debería contar con un comité de auditoría y un comité de riesgos. Para empresas con mayor desarrollo es recomendable la creación de un comité de gobierno corporativo, un comité de compensaciones, un comité de estrategia, entre otros.

Además, el director independiente es, sin duda, fundamental para un buen gobierno corporativo. Se espera que sea el que aporte a la buena marcha de la empresa de manera profesional e imparcial. El directorio de hoy debe estar atento a los nuevos retos que afronta la empresa: transformación digital, ataques cibernéticos, compliance, cambios regulatorios, creación de valor a largo plazo, responsabilidad social corporativa, entre otros.

Recientemente, en el año 2006, un grupo de stakeholders de EE.UU. emitió unos principios que establecen una serie de recomendaciones y directrices sobre los roles y responsabilidades de directorios, compañías y accionistas. Establecen que los directores deben estar dispuestos a desafiar de manera constructiva el statu quo y dedicar un tiempo y energía sustanciales al puesto. Si bien la realidad social y económica del Perú es muy distinta de la norteamericana, es recomendable tener dichos principios como referentes para nuestras empresas, más aún si una de nuestras prioridades en el mediano plazo es formar parte del club selecto de países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), del cual, en lo que respecta a Latinoamérica, México y Chile ya son miembros.

Por Carlos Rivera
Director de la Maestría en Derecho Empresarial de la Escuela de Posgrado de la Universidad de Lima