Presidente del Directorio de Agrícola Chapi
Los que me conocen bien, saben de mi actitud por tratar de analizar siempre el vaso medio lleno con el fin de avanzar hacia adelante y no quedarnos estancados en discusiones que no suman a la estabilidad de nuestro país. Es por ello que en mis últimos artículos he hecho el esfuerzo de tratar de analizar los problemas que más urgen a fin de que el Perú no se detenga.
Hoy lamentablemente me encuentro con una verdadera frustración, ya que el actual gobierno, lejos de encarar proactivamente los problemas, los viene enfrentando sin rumbo y, lo más grave aún, sin valores y principios claros que los sostengan.
Es muy peligroso que un gobierno sin moral nos lidere. Una sociedad sin reglas claras se convierte en una jungla. Hoy el Perú está próximo a convertirse en una verdadera jungla, y lamentablemente razones para pensar así no me faltan.
El gobierno miente. Las contradicciones del presidente Castillo en las investigaciones fiscales han quedado en evidencia, no solo por lo declarado por Karelim López, sino por el propio Castillo. Él señaló en la Fiscalía que no participó en encuentros con López. Sin embargo, en la entrevista a CNN sí reconoció que recibió a la empresaria en su despacho. Esto, según lo dicho por penalistas, podría constituir delitos de falsedad genérica y obstrucción de la justicia. Es cierto que el Ministerio Público no puede abrir en estos momentos una investigación contra el presidente, pero sí podría llegar al fondo de la verdad investigando presuntas irregularidades en los ministerios, como la mafia en el MTC, declarada por López.
El gobierno reiteradamente insulta a la ciudadanía al estar nombrando ministros de Estado que en muchos casos son incapaces técnicamente para el cargo y cuestionados por su actuar ético y moral. Un ejemplo de ello es que solo en el último gabinete juramentado, Castillo había nombrado a dos ministros acusados de golpear a sus ex parejas.
Según Marco Sifuentes, reconocido periodista, Castillo en promedio ha cambiado un ministro cada 7 días desde que llegó al poder y ha removido o movido a otras carteras a 28 ministros en 195 días de gobierno. ¿Cómo se puede gestionar un país sin continuidad, sostenibilidad ni liderazgo?
Otro poder del Estado que debería representar y defender los intereses de la ciudadanía es el Congreso de la República. Sin embargo, lo que vemos es una institución fragmentada, sin fuerza política, que mantiene una actitud tibia frente a lo evidente. En estos momentos se viene discutiendo una nueva moción de vacancia contra el presidente por permanente incapacidad moral. Esperamos que el Congreso en esta oportunidad actúe con responsabilidad y priorice los intereses del país, antes que sus propios intereses.
El actual gobernante solo demuestra una falta total de principios y de valores. Está demostrando con sus acciones ser un amoral. Una persona que carece de principios y valores es incapaz de liderar un país hacia su desarrollo. Y esto seguramente es el sentir del 66% de la ciudadanía que hoy desaprueba la gestión del presidente.
Es nuestro deber y responsabilidad como peruanos exigir un liderazgo fuerte y coherente con la verdad, la transparencia y la integridad. No podemos permitir más que lo amoral nos gobierne. Por ello hoy Castillo debe de preguntarse, ¿qué le hará menos daño a nuestro país?: su destitución o su renuncia.