Consultora de LHH DBM Perú y Master Coach
Tanto mentores como mentees consideran al mentoring como una experiencia extraordinaria, enriquecedora y de gran aprendizaje para ambas partes. Veamos ¿por qué?
El mentoring es un programa que permite capitalizar el know-how de las organizaciones, transfiriendo conocimiento, compartiendo información, valores, experiencias y consejo a los mentees para apoyar sus planes de desarrollo, de acuerdo a lo que necesiten para crecer a nivel profesional y personal, poder potenciar sus carreras y, como consecuencia, lograr las metas y objetivos de las organizaciones, consolidando la cultura y manteniendo un buen clima laboral.
Algunas empresas consideran los programas de mentoring para dar formación y soporte al talento con alto potencial, para prepararlo para el siguiente nivel, es decir, para asumir por primera vez posiciones de liderazgo. En otros casos, el mentoring ayuda a los directivos a crecer y consolidarse como líderes. Asimismo, algunas empresas lo incorporan como herramienta en los planes de sucesión, también lo hacen como un recurso de retención de talento.
El mentoring es un regalo, así lo consideran quienes lo han recibido como mentees y también quienes han vivido la experiencia desde el rol de mentores. Contar con el acompañamiento de un líder con quien no hay relación jerárquica y que desinteresadamente comparte sus conocimientos, su experiencia y sus aprendizajes, es un gran privilegio. Tener esta oportunidad suma en la carrera de cualquier profesional.
Los mentores dan perspectiva, ayudan a los mentees a ver posibilidades, a imaginar y lograr una mejor versión de sí mismos. Muchas de las duplas de mentores y mentees logran fuertes lazos de confianza y relaciones de largo plazo, es decir, duraderas, perdurables, que trascienden al programa.
¿Cómo desarrollar este programa y optimizar su uso en las organizaciones?
Para lograr una experiencia de mentoring valiosa y exitosa, es fundamental la selección de mentores y mentees, así como los criterios para la formación de duplas, estas no deben tener relación jerárquica, y ambas partes deben comprometerse con el proceso.
Otro aspecto importante es darle estructura al programa, facilitándola a través de una agenda con temas sugeridos para cada sesión, así como material de apoyo (artículos, libros, videos, podcasts). Coordinar círculos de seguimiento que permitirán hacer los ajustes necesarios durante el proceso.
Asimismo, se recomienda alinear las expectativas de ambas partes, generar confianza y cuidar la confidencialidad, considerar el espacio y el mejor momento para cada sesión, apagar los celulares y poner todos los sentidos en la conversación.