Economista
Como nunca antes había sucedido faltando poco más de dos días para el tradicional Mensaje a la Nación por 28 de julio y en medio de una crisis de salud, económica, política y social, no sabemos cuál será la orientación del programa de gobierno ni quiénes serán los principales responsables de llevar a cabo dicho programa.
Y a pesar que Pedro Castillo solo triunfó por un estrecho margen de poco más 44,000 votos, que solo cuenta con 42 votos en el Congreso (considerando los votos de Juntos), y que la ciudadanía considera que las prioridades del gobierno de PC deberían ser: la reactivación económica y el empleo (44%); mejorar el sistema de salud(41%), mejorar la calidad de la educación (35%),y que la convocatoria a una Asamblea Constituyente solo tiene 9%, Castillo insiste en que el Congreso convoque a una Asamblea Constituyente (AC) de manera urgente.
Asimismo, una clara mayoría de los analistas políticos y económicos no está a favor del proceso referéndum-Asamblea Constituyente-nueva Constitución, inclusive aquellos que estuvieron a favor de Castillo en la segunda vuelta electoral. Es el caso del diario La República, que opina que actualmente “no existe un momento constituyente que sirva de base para promover una nueva ley de leyes”. Si Perú Libre hubiera arrasado en las elecciones, tuvieran una bancada abrumadoramente mayoritaria y la ciudadanía estuviera en un “momento constituyente”, se podría entender su iniciativa de impulsar una AC y una nueva Constitución, pero no existen razones que apoyen el planteamiento de Castillo, a no ser que obedezcan a dogmas o presiones internacionales.
Tampoco tenemos conocimiento de quiénes integrarán el primer Gabinete Ministerial e instituciones clave como el BCR. Lo anterior es aún más necesario porque la ciudadanía no conoce siquiera cuál será la orientación del programa económico. No sabemos si prevalecerá la orientación del equipo liderado por Pedro Francke y el Plan Bicentenario, alternativa económica moderada en comparación con los 14 preceptos radicales de Vladimir Cerrón. Algunos de los cuales fueran resaltados por el secretario general de PL en su discurso en el primer congreso de dicho partido (la convocatoria a una Asamblea Constituyente, la renegociación de los contratos del Estado peruano con las transnacionales y el control soberano de nuestros recursos naturales).
Lo que no se entiende es por qué PC no rompe claramente con Cerrón, de quien el profesor manifestó que en un gobierno suyo no ocuparía ni siquiera el puesto de portero. Sin embargo, los hechos están evidenciando que mantiene un poder real. Como el haber ratificado las líneas centrales de su ideario en el primer congreso de PL. Sin embargo, Castillo no se habría amilanado y habría aclarado que él será el presidente de todos los peruanos y no solo de PL. Y aunque Cerrón controlaría una mayoría de la bancada oficialista, hay que ver si una vez en el Gobierno con cuántos congresistas realmente puede contar Castillo. En todo caso ya anteriormente ha habido discrepancias entre Castillo y Cerrón, pero el último ha mantenido el vínculo.
Hay que estar atentos a la composición del Gabinete y al Mensaje a la Nación para ver cómo evoluciona el pulseo entre ambos líderes. Si Castillo cede y nombra como premier a Roger Nájar, a Salaverry y a otros vinculados a Cerrón sería un escenario. Y si no los nombra sería otro. Con el mensaje del 28 sucedería lo mismo: un escenario sería si Castillo mantiene la posición de solicitar al Congreso que agende una convocatoria a una Asamblea Constituyente de inmediato, y otro sería si no menciona el tema (improbable), o si lo menciona, pero no como un objetivo inmediato por tener que atender la urgencia de la pandemia. En todo caso, con la designación del Gabinete Ministerial y lo que se anuncie en el mensaje del 28 de julio, sabremos finalmente cuál sería el derrotero a seguir inicialmente por Pedro Castillo.