Economista
Según OECD, en su publicación “Estadísticas Tributarias de América Latina y el Caribe”, en el año 2019 la presión tributaria del Perú fue de 16.6%, la cual se compone de 14.4% que corresponde al Gobierno central, 0.4% que corresponde a los gobiernos locales y 2.0% que corresponde a las contribuciones a Essalud y la ONP (1). Este nivel es 6.3 puntos porcentuales inferior al promedio de América Latina y el Caribe y ubica al Perú en el puesto 21 de 26 países, solo superando a México, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Guatemala. La distancia que nos separa del promedio de América Latina se ha deteriorado desde el 2014, cuando la diferencia era de 3 puntos porcentuales.
Considero que con este nivel de presión tributaria somos un país inviable porque no se podrá afrontar los desafíos futuros que consisten en: a) Brindar mejores servicios de salud, educación y protección social; b) Aumentar el gasto en infraestructura; y c) Reducir el déficit fiscal a niveles sostenibles. En el último quinquenio, antes de la pandemia solo se ha podido reducir el déficit, pero a costa de sacrificar mejores servicios públicos y gastos de infraestructura.
Para mejorar la presión no va a bastar con el crecimiento económico, dado que considerando la elasticidad de los ingresos tributarios respecto al PBI podría tomar entre 20 y 30 años alcanzar al promedio actual de América Latina. Tampoco será suficiente con crear un nuevo impuesto a la minería; si bien, no comparto la idea de crear un nuevo impuesto porque sería suficiente con revisar las tasas y la base imponible del impuesto específico para este sector (IEM), en uno u otro caso se trata de ingresos volátiles y no permanentes. Finalmente, no basta con identificar que existe amplio espacio para reducir la evasión, como ya lo ha hecho el MEF. Los mayores ingresos necesarios para que el Estado pueda cumplir su rol a cabalidad no van a caer del cielo. Se va a requerir diseñar una reforma tributaria y trabajo arduo para implementarla.
He identificado que la reforma tributaria debe tener 6 componentes, los cuales bien podrían aumentar, pero estos seis los considero esenciales:
- Fortalecimiento institucional de la Sunat, centrado principalmente en la mejora del capital humano de la institución a partir de la aplicación rigurosa de la meritocracia imitando lo que durante más de 50 años ha hecho el BCRP. En los 90 se hizo un avance notable en esta dirección, pero con los años este esfuerzo se ha ido diluyendo.
- Diseño e implementación de un plan integral para reducir la evasión tributaria del IGV y del impuesto a la renta. Este plan debe contener acciones y metas concretas. El plan debe incluir el combate a las facturas falsas, no solo mediante las facturas electrónicas, sino también a la informalidad de todo tipo y a las distintas formas de elusión tributaria. Debe quedar claro que la reducción de la evasión no es solo tarea de la Sunat, sino de un conjunto de instituciones que deben trabajar en forma coordinada integrando sistemas informáticos y compartiendo bases de datos.
- Racionalización de las exoneraciones tributarias. Cerca del 20% de la recaudación se pierde por beneficios y privilegios cuyo impacto mayormente no ha sido evaluado. Cuando amerite, algunos de estas exoneraciones deberán ser sustituidas por transferencias directas como ya hace años se inició con las exoneraciones de la Amazonía.
- Desarrollo e integración de registros. Se necesita construir y mantener un catastro nacional que no solo ayudará a mejorar la recaudación del impuesto predial de las municipalidades. También ayudará a combatir la informalidad y mejorar la recaudación del IGV y del impuesto a la renta. Cada actividad económica debe estar referenciada a un código único catastral como se hace en varios países de Europa. Además, el registro de identificación, el registro único de contribuyentes, el sistema de focalización de hogares y el catastro deberán estar integrados.
- Perfeccionar el sistema tributario para hacerlo más progresivo. En un país con la enorme desigualdad del Perú, los instrumentos para reducir esta desigualdad son los impuestos y las trasferencias. En lo que respecta a los impuestos necesitamos mejorar la recaudación de los impuestos al patrimonio y los impuestos que gravan las rentas del capital. En algunos casos se va a requerir ajustes de tasas y evaluar la creación de impuestos patrimoniales.
- Resolver el legado de contingencias tributarias que suman miles de millones de soles. Para ello hay que mejorar la gestión del Tribunal Fiscal con un estilo más gerencial, aumentar el número de salas que prioricen la solución de contingencias antiguas y dialogar con el Poder Judicial para crear más salas tributarias. Este trabajo lo debe liderar el MEF.
Para el éxito de esta reforma tributaria, la madre de todas las reformas, se va a requerir un periodo de implementación de al menos 5 años con apoyo del Poder Ejecutivo, el Congreso y la sociedad civil. Esta reforma es el primer paso para un modelo económico en el que el Estado preste mejores servicios públicos, cierre brechas y proteja a los más vulnerables.
(1) Existe una discrepancia de 0.2 con el desagregado de fuente Sunat y MEF.