Vicepresidente de Soluciones de Portafolio de Credicorp Capital Asset Management
Hasta el 11 de noviembre, el índice DXY, que mide la performance del dólar estadounidense contra seis de sus principales pares comerciales, había rendido 11% en lo corrido del 2022, marcando el mejor inicio de año para esta moneda desde la desactivación del sistema Bretton Woods en 1971. Sin embargo, desde inicios de octubre el DXY ha corregido más de 5%. ¿Qué podríamos esperar para su comportamiento en los próximos meses y qué factores lo afectarán?
En primer lugar, desde un punto de vista técnico, parecería que queda poco espacio para que el DXY retome una fuerte tendencia al alza. Según la encuesta de gestores de fondos de Bank of America, el posicionamiento de inversionistas institucionales está bastante cargado en el dólar, por lo cual se encuentra además en niveles de sobrecompra; asimismo, el sentimiento hacia este activo es extremadamente optimista, lo cual históricamente ha precedido un periodo de retornos magros.
Además, hay que considerar que la performance general del dólar se guía en gran medida por cómo le va contra el euro. Por lo tanto, es importante tener en cuenta el diferencial de tasa de política monetaria entre EE. UU. y la eurozona. Si bien este diferencial ha venido subiendo durante el año en favor del dólar, dado que la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) subió tasas más rápidamente que el Banco Central Europeo (BCE), esto podría empezar a revertirse. Por un lado, el índice de inflación anual al que apunta la Fed, el PCE, se encuentra en 6.2%, significativamente por debajo del indicador equivalente que sigue el BCE, el HICP, que se encuentra en 10.7%. Si sumamos a esto que el mercado laboral en la eurozona está aún más ajustado que en EE.UU., podemos inferir que es probable que el diferencial de tasas en los próximos meses se mueva en contra del dólar, ya que la Fed probablemente modere su postura antes que el BCE.
Por último, recordemos que el dólar es una moneda típicamente contracíclica; es decir, le va bien en momentos de desaceleración de la economía global. Por ende, al ser China uno de los principales motores de crecimiento del mundo, la coyuntura actual, en la que la política cero covid y la crisis del sector inmobiliario son lastres para la recuperación de la economía china, favorecen al dólar. Sin embargo, se empiezan a ver señales de cambio en las políticas públicas del Partido Comunista Chino, lo cual podría darle soporte eventualmente al cambio de tendencia en el DXY.
En resumen, si bien no es aún inminente un mercado bajista en el dólar, los principales factores que lo han beneficiado podrían agotarse en los próximos meses.