Experto en infraestructura
La pandemia ha golpeado fuertemente la economía mundial y particularmente la creciente economía peruana. Por ello, hoy más que nunca debemos ser más ingeniosos y apostar con mayor firmeza por mejorar nuestra posición, en esta carrera mundial por ser más competitivos. De no ser así, vamos camino a perder muchos puestos en el ranking global y peor aún, perderemos la oportunidad de sentar las bases para un mejor futuro para las siguientes generaciones. Es necesario que dejemos de lado esa mentalidad de resignación y nos atrevamos a creer en nuestra capacidad como nación, como pueblo y soñar en grande, para ser grandes.
Si bien hemos visto un gran esfuerzo público – privado por contar con un Plan Nacional de Infraestructura (PNIC), este ha sido, otra vez, flor de un día. Los candidatos lo han esgrimido en sus campañas presidenciales, pero hoy el PNIC es letra muerta en algún burócrata escritorio. Es así que, de los 52 proyectos priorizados en el Plan, no se han realizado avances significativos en el último año. Pese a que el presidente declaró que se iban a ejecutar 52 grandes proyectos, sin definir cuáles, no percibimos acciones que nos hagan pensar que se ejecutarán.
En el marco de la reactivación de las actividades económicas, cada día más personas usan el trasporte público para trasladarse. Esto irá en aumento hasta igualar o sobrepasar la situación previa a la pandemia. Si le sumamos el crecimiento natural de la población y el incremento de migraciones internas por la falta de oportunidades en otras regiones, ¿cómo se movilizará la población de Lima y Callao? Cuando el Ejecutivo no ha previsto asignar presupuesto para la Línea 3 y 4 del Metro de Lima, dos alternativas que contribuirían con atacar este problema. ¿Acaso el gobierno sabe lo que significa?
Lamentablemente la miopía de prever el futuro ha hecho que los procesos encaminados para el despliegue de las Líneas 3 y 4 mediante contrato de gobierno a gobierno, fueran paralizadas en el gobierno de transición, por ser decisiones de largo plazo para el nuevo gobierno. Pero, lo peor es que no se han contemplado en la propuesta de Ley de Presupuesto para el próximo año, es decir nos vamos a seguir atrasando y perdiendo competitividad frente a otras grandes ciudades, afectando la competitividad del país, y a la población, haciéndoles perder valiosas horas. ¿Qué tenemos que esperar para que ejecuten estos proyectos que podrían resolver el caótico tránsito de Lima?
Si bien el MEF indicaba que había una falta de presupuesto, esto es inexacto, ya que sí se había previsto en el presupuesto multianual ambos proyectos. Aun cuando el presupuesto no fuera suficiente, bajo condiciones post-pandemia, siempre es posible buscar alternativas de financiamiento en el proceso de concurso de gobierno a gobierno, logrando mejores condiciones y tasas en beneficio del país. Debemos tener en cuenta que, en mediano plazo, estas inversiones tendrán un gran impacto en la generación de puestos de trabajo directo e indirecto, movilizando industrias de materiales, ferretería, equipos y principalmente servicios a decenas de miles de obreros, dinamizando la economía de muchos hogares. Otro factor, a largo plazo es la interconexión multimodal de los sistemas de transporte anunciados por este gobierno, como los trenes de cercanías y el tren Grau, que necesitaran una sólida red de metros. Ese futuro anunciado, hay que empezar a construirlo.
Lo primordial ahora es incorporar ambos proyectos al presupuesto 2022. Eso, está en manos del Congreso o del propio Ejecutivo. Es necesario corregir esa omisión antes de noviembre, dándole la partida de nacimiento para empezar con los estudios definitivos, que requieren un presupuesto mucho menor que cuando inicien las obras. Lo segundo, es repensar las condiciones de los concursos para adecuarlos a la situación financiera actual, garantizando la continuidad del proyecto hasta su más pronta culminación y lo principal, puesta en servicio de la población.
Como se ve, hay mucho camino por andar y si no empezamos ahora, nunca vamos a llegar y la población ya no puede, ni debe, esperar más.