No repitan los errores de la Línea 2 del Metro, el Aeropuerto Jorge Chávez o tantos ejemplos que podemos citar de obras atrasadas. (Foto: Alessandro Currarino | GEC)
No repitan los errores de la Línea 2 del Metro, el Aeropuerto Jorge Chávez o tantos ejemplos que podemos citar de obras atrasadas. (Foto: Alessandro Currarino | GEC)

Carlos Estremadoyro

Ya hemos comentado varias veces sobre la impostergable necesidad de construir las Líneas 3 y 4 del Metro de Lima para solucionar el caos que significa transportarse en esta ciudad, perdiendo valiosas horas de la vida de sus casi 11 millones de habitantes. También hemos comentado que, a pesar de ser proyectos con un alto costo (10 mil millones de dólares), los beneficios directos e indirectos, que pueden alcanzar los 120 mil millones de soles (según estudios de DEE Consultores económicos), superan largamente esa inversión inicial, generan cientos de miles de puestos de trabajo en su etapa constructiva y mueven la economía de miles de comercios (un aspecto muy necesario en estos momentos), además de miles de puestos de trabajo sostenibles en la etapa de operación y mantenimiento. Por lo que, desde el punto de vista social y económico, bien vale la pena el esfuerzo. Añadido a eso, también se ha enfocado que la actual situación de inversiones en el mundo permite, en estos tiempos, acceder a préstamos de gobierno a gobierno con tasas casi a la cuarta parte de los tradicionales bonos (alrededor de 4.5%) y, claro está, aún más bajos que las tasas de inversionistas privados (7% a más).

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