Chief Governance & Compliance Officer de Kushki
Con el aumento del comercio en línea, se pueden generar delitos como el fraude o suplantación de identidad, pero sus efectos no se quedan ahí: en la era digital, el comercio en línea, los videojuegos e incluso las redes sociales, pueden ser usados para cometer delitos de lavado de activos. Así, los delitos que se derivan pueden identificarse en cuatro formas principales:
- Creación de negocios fachada en comercio electrónico para camuflar transacciones ilícitas.
- Abuso de los mercados en línea para mover dineros obtenidos de manera ilícita.
- Compra de bienes o servicios utilizando los datos de tarjetas bancarias robadas.
- Compra bienes o servicios digitales y estos no son entregados.
El lavado de activos representa un desafío, porque las técnicas con las que operan los delincuentes cambian constantemente. Según la ONU, se calcula que aproximadamente se lavan mundialmente US$ 1.6 trillones, provenientes de actividades delictivas. En Perú, según la UIF, aumentaron los reportes de operaciones sospechosas de lavado vinculados a fraudes online, estafas y compras públicas. También se registraron estafas en la venta de productos sanitarios, de seguridad o medicinas, sea porque no tenían los registros correspondientes o porque vendían algo y no lo entregaban.
Es fácil preguntarse, ¿por qué es relevante el lavado de activos? Pero las consecuencias son altas. Más allá del tema bancario, la infiltración de dinero sucio impacta el comportamiento financiero y el desempeño macroeconómico: la falta de políticas públicas, volatilidad en los tipos de cambio debido a las transacciones transfronterizas, efectos sobre la recaudación de impuestos debido a la cantidad de dinero que se mueve fuera del sistema, y otros. Cuando los ingresos se utilizan para actividades delictivas, como el lavado de activos y financiamiento al terrorismo, los impactos para la sociedad son devastadores, entre estos el aumento en los índices de desempleo, violencia, y narcotráfico; generando más pobreza.
Por ello, las empresas que trabajan con dinero y datos de personas, deben ser zonas libres de delitos; y se debe sensibilizar y capacitar a las áreas comerciales sobre los procesos de Know Your Customer (KYC) para que conozcan a su cliente y les permita validar que el origen de sus fondos es lícito. De la misma manera, se debe contar con un proceso de due diligence para los comercios que cuentan con giros riesgosos en el que se busca identificar que las actividades que realizan no representan un riesgo de lavado de activos. Adicionalmente, se puede contar con una consola de monitoreo para detectar patrones inusuales en las transacciones, segmentando a los clientes según el nivel de riesgo que representan: a mayor riesgo, mayor vigilancia. Y es que ser una zona libre de delito es una tarea constante y eso lo debemos hacer todos, desde donde estemos.