Escribe: PhDc Mauricio Bock, Managing Director Institute of Neurocoaching
Los tiempos están movidos en el mercado del empleo y la tendencia apunta al despido. Las últimas cifras macroeconómicas acompañan esta sensación, que podemos ya observar a nuestro alrederor. La caída del empleo formal es una realidad, al igual que el crecimiento del desempleo. Sumado a una inflación y aumento de la pobreza al 29%, los efectos se observan en la disminución del consumo, lo que crea un círculo vicioso en que afecta el empleo a todo nivel.
Ante ese contexto, es probable que te preguntes cuándo será tu turno y qué hacer a respeto.
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1. ¿Me van a despedir? ¿Qué señales debo tomar en cuenta?
Algunos indicios de que es probable que tu empleador esté proyectando un despido se encuentran en los resultados del negocio. No solo a nivel nacional, sino también a nivel regional, ya que otros países deberán de compensar la región. Estar atento a los KPI (Indicadores de gestión) y datos como el EBITDA es clave para entender la salud de la empresa. Si este indicador está en disminución, una de las alternativas es reducir el costo de planilla.
Otro indicador, más tangible para los empleados, es cuándo tu empleador solicita a todos los trabajadores a tomar todas sus vacaciones pendientes de golpe. Esto ayuda a las organizaciones a disminuir el gasto de indemnización a la hora del despido.
Finalmente, otro indicador a tomar en cuenta es cuando te piden realizar transferencia de conocimiento de una manera rápida sobre los procesos que manejas. Si bien es saludable siempre hacerlo, el grado de urgencia en esta solicitud recae en una proyección de querer mantener el conocimiento dentro de la organización.
Otras evidencias son solicitar el pase de las cuentas claves de tus clientes a otra persona, solicitudes para dejar algunos proyectos, entre otros.
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2. ¿Qué hacer si sientes que te van a despedir?
En primer lugar, tranquilidad ante todo. Cuando se trata de un despido por temas de reestructuración, el empleador suele elaborar un plan de salida que conlleva ciertos beneficios que van más allá de lo que la ley manda. Algunos bonos adicionales, extensiones de EPS y otros seguros, mantener tu número de celular y equipo, por ejemplo, suelen formar parte del paquete de compensaciones. Se suele acordar un mutuo disenso o renuncia voluntaria.
Segundo, algunos empleadores proponen un acompañamiento con outplacement para ayudarte a recolocarte.
Aún así es, importante que tomes tu también las riendas de tu propio destino elaborando un plan de acción que conlleva:
- Establecer tus nuevas metas profesionales: dónde de te ves, qué te gusta hacer y el propósito de tu trabajo.
- Trabajar en tu marca personal haciendo networking efectivo y establecer espacios para reunirte con amigos, comentarles sobre tu deseo de cambios y solicitar referencias.
- Actualizar tu perfil de Linkedin y publicar regularmente sobre los temas de tu expertise para que el algoritmo trabaje por ti y que tengas un buen nivel de exposición.
- Contactar con Head hunters, ver las ofertas en Linkedin y empezar a exponerte.
- Hacer tu FODA personal, ver qué competencias requieres para tu próximo paso y empezar a formarte.
- Si tu salida ya es efectiva, tómate un tiempo para reorganizarte, la ayuda de un coach es significativa en poder desafiar tus ideas.
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En definitiva, el ser despedido no es el fin del mundo, sino una oportunidad para volver a surgir. Muchas historias de emprendimientos nacen también después de un despido.
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