Escribe: Carlos Prieto Balbuena, gerente de Estudios Económicos del BCP.
En 1993, el PBI per cápita (ajustado por paridad del poder de compra) del Perú se ubicaba 40% por debajo del de Colombia, era apenas la mitad del de Brasil y solo un tercio del de México, según estadísticas del FMI. En el 2023, el PBI per cápita de nuestro país se ubicó algo menos de 20% por debajo del de Brasil y Colombia, y 30% por debajo del de México. Las brechas del ingreso per cápita se han ido cerrando versus nuestros pares de la región.
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A diferencia de otras experiencias de desarrollo, en América Latina no existe un país que cumpla el rol de máquina de convergencia a ingresos más altos para el resto. En Asia, Japón jaló a los tigres asiáticos y ahora China jala a economías menos desarrolladas como Vietnam. La Unión Europea ha sido una locomotora de convergencia para sus nuevos miembros (en 1993 el PBI per cápita de Polonia era la mitad del de Portugal mientras que en el 2023 fue ligeramente superior y se llegó a ubicar solo 25% por debajo del de Francia). En nuestra región ni Brasil ni México ni Argentina han podido jugar un rol de máquina de convergencia a ingresos más altos para el resto de los países, sino, más bien, en no pocas ocasiones han jalado para abajo.
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Aun así, hay mucho espacio para acelerar nuestra convergencia a países de ingresos más altos. Nuestro PBI per cápita es aún la mitad del de Chile, lo que es una brecha muy grande (el PBI per cápita de Grecia no es la mitad del de Alemania y el de España es 24% menor al de Alemania). Hay tres grandes ejes que nos permitirían acelerar la convergencia:
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1. Un gobierno (Ejecutivo y Congreso) estable, que no reste iniciativa al sector privado, que genere confianza y que mantenga las anclas de estabilidad (baja inflación, prudencia fiscal, capítulo económico de la Constitución, integración al mundo).
2. Una buena macroeconomía es indispensable; pero es urgente mejorar la microeconomía. Una sólida macroeconomía nos ayudó bastante en las últimas décadas. Nuestra macroeconomía ha cumplido un rol entre los mejores del mundo, pero nuestra microeconomía es muy mala. Veamos algunos ejemplos tomados del “Business Ready 2024″ recientemente publicado por el Banco Mundial. En Perú:
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- Las empresas tienen que esperar 180 días para obtener un permiso de construcción, mientras que en los países más eficientes tarda 1 día.
- Toma 75 días registrar una nueva empresa, mientras que en las economías más eficientes se tarda 3 días.
- Pasar el control de aduanas para la importación toma 30 días y cuesta el 44% del valor importado, mientras que en las economías más eficientes toma menos de 1 día y cuesta 2%.
- Toma 7 semanas inscribir un nuevo activo en el registro de garantías colaterales, mientras que la actualización es instantánea en las economías más eficientes.
- Las empresas gastan 480 horas al año en declarar y pagar impuestos, mientras que en las economías más eficientes gastan 12 horas.
- El tiempo para resolver un procedimiento de liquidación judicial por insolvencia empresarial es de 27 meses en promedio, mientras que en las economías más eficientes tarda 7 meses.
- El 39% de las empresas perciben las cortes judiciales como un obstáculo para sus operaciones comerciales, y en las economías eficientes ese porcentaje no alcanza el 1%.
- La ley no permite el despido de un trabajador por la situación económica de la empresa.
3. Aprovechar las oportunidades. El Perú tiene inmensas oportunidades en diferentes sectores: minería con proyectos de inversión por más de US $20 mil millones con su efecto multiplicador en proveedores locales, el puerto de Chancay y lo que puede gatillar si se logra atraer empresas regionales y globales a una zona logística e industrial, infraestructura, agroexportación, turismo, acuicultura, forestal, entre otros. Si no aprovechamos nuestro potencial es muchas veces porque nosotros mismos nos ponemos obstáculos y somos incapaces de llegar a acuerdos.
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Estos tres ejes permitirían que el Perú vuelva a crecer a tasas cercanas al 6% en los próximos años en lugar del mísero 2% promedio anual entre 2017-2024. Solo elevadas tasas de crecimiento acelerarán nuestra convergencia a ingresos más altos. Asimismo, solo altas tasas de crecimiento económico por un período prolongado permitirán sacar de la pobreza de manera permanente a 10 millones de peruanos.
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