ELECCIONES. Si bien los resultados preliminares y no oficiales de las recientes elecciones aún no dan un claro ganador para ocupar el cargo de alcalde en Lima, sí resulta importante que desde ya los vecinos puedan pensar en qué lugar quieren que sea la ciudad donde viven, pues lo cierto es que la capital lleva más de veinte años sobreviviendo sin proyectos y cambios importantes.
Más allá de los problemas que tuvo el exalcalde Jorge Muñoz, las grandes obras de infraestructura planteadas nunca vieron la luz, y aunque en su periodo se aprobaron herramientas de gestión como el Plan de Recuperación de Centro Histórico hasta el 2029, el Plan de Acción Climática y de Desarrollo Urbano, lo cierto es que todo quedó en el papel, no se dio ninguna acción concreta y Lima sigue siendo una ciudad que crece de manera desordenada y sus habitantes no la sienten ni segura ni amigable, es decir, la capital del Perú no es una ciudad sostenible.
Lamentablemente, tal como señalamos hace unos días en estas líneas (Gestion 27.09.2022), los candidatos no han mostrado un plan de gobierno acorde a las reales necesidades de la ciudad. Se hace indispensable que el nuevo alcalde se preocupe por los temas de planeamiento urbano, infraestructura, medio ambiente y manejo de espacios públicos. Además, Lima reclama megaobras en materia de transporte, pero con la eficacia necesaria para evitar que demoren tanto que ya no cumplan con su finalidad, como sucede actualmente con las líneas 2 y 3 del Metro de Lima, cuyos trazos tuvieron que ser modificados por los constantes aplazamientos.
Una labor vital para el nuevo burgomaestre será la búsqueda de consensos. Lima no solo es el centro histórico, Lima es la suma de sus 43 distritos y la provincia constitucional, y lograr medidas de largo plazo requiere acuerdos entre todos para llevar adelante las acciones necesarias. Si cada distrito se sigue manejando como un microuniverso los perjudicados son todos los limeños, pues el porcentaje de aquellos que desarrollan el 100% de su vida en un solo lugar es mínimo.
El nuevo alcalde –que será definido voto a voto– debería empezar a buscar, aun antes de iniciar sus labores oficiales el 1 de enero, cómo hará para levantar fondos y sacar adelante sus propuestas, además de empezar a buscar acuerdos con sus pares. Antes de solicitar nuevas funciones, debería administrar eficientemente lo que ya tiene.