Vulnerabilidad. Las buenas noticias económicas escasean en el Perú, así que comencemos con una proporcionada por el INEI: el ingreso mensual real por habitante creció 1.4% el 2022. Pero junto a ella, hay otras muy malas. La población con menores ingresos (deciles 1 y 2) los vio reducirse en 1.1% y 0.4%, respectivamente, lo que evidencia el efecto perverso de la inflación en los hogares con menores recursos. Para colmo, el ingreso real del año pasado fue 9.2% inferior al del 2019, lo que significa que no logramos recuperar el nivel previo a la pandemia.
Junto con la alta inflación, la desaceleración de la economía es otro factor que explica el casi estancamiento del ingreso real, así que considerando la caída del PBI en el primer trimestre de este año, habría que esperar que el ingreso continuará rezagado. Con la fuerte subida de los precios de bienes y servicios de primera necesidad, y con menos dinero para adquirirlos, era lógico esperar un aumento de la pobreza monetaria, es decir, la imposibilidad de gastar en una canasta básica de consumo (S/ 415 mensuales per cápita).
El INEI lo corrobora: el año pasado hubo más personas en situación de pobreza (27.5% de la población total) que el 2021 (25.9%). Con excepción del 2020, esa tasa se acerca a los niveles de inicios de la década pasada. El problema se agudiza pues también aumentó la pobreza extrema (de 4.1% a 5%), es decir, la imposibilidad de cubrir el gasto en una canasta básica de alimentos (S/ 226 mensuales per cápita). Encima, la tercera parte de la población es “vulnerable”: presenta riesgo de convertirse en pobre.
No se puede pasar por alto que estos resultados son en gran medida consecuencia del desastroso gobierno de Pedro Castillo, y que los más perjudicados por su inoperancia –y la del grueso de sus 81 ministros– fueron quienes votaron por él. Su sucesora, Dina Boluarte (quien fue titular del Midis en ese régimen), no parece estar al tanto de la relevancia de un manejo económico eficaz, pues no basta con tener un buen equipo en el MEF si otros ministros se enfocan en diagnosticar lo malo que fue el gobierno anterior y en hacer anuncios (Midagri, Minem, Mincetur, MTC, Produce, Vivienda, Trabajo). Lo que no se observa son medidas de política económica coherentes que busquen recuperar la confianza de personas y empresas.
No hay que ser experto en econometría para entender que existe una estrecha relación entre crecimiento del PBI y generación de empleo y, por ende, aumento de los ingresos. Pero hay que insistir en que los peruanos necesitan empleo de calidad, y eso se logra con mayor inversión, sobre todo privada.
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