Editorial: Deterioro prolongado (Foto: Andina)
Editorial: Deterioro prolongado (Foto: Andina)

IMPUESTOS. La recaudación se ha recuperado, pero aún está lejos de los que sucedía años atrás. Así, medidos como porcentaje del PBI, los ingresos corrientes del Gobierno se han estado deteriorando desde el 2012. La caída fue moderada hasta el 2014, pero se acentuó desde el 2015. Este año cerrarán en 18.1% del PBI. En total, en el periodo 2012-17 se han dejado de percibir ingresos fiscales por el equivalente a 4.7 puntos porcentuales del PBI.

Según un análisis elaborado por el BCR, los ingresos del Gobierno han seguido un comportamiento ligado al ciclo económico, de modo que aumentaron cuando le iba bien a la economía nacional –que depende en gran medida de lo que ocurre en los mercados internacionales de materias primas–, mientras que se redujeron cuando terminó el boom de los precios de los commodities.

Pero la política económica también ha influido. Por ejemplo, durante el periodo de alto crecimiento (2002-08) se dictaron medidas como el aumento de la tasa del IGV, la introducción del pago anticipado del IGV (retenciones, percepciones y detracciones) y la creación del Impuesto Temporal a los Activos Netos (ITAN) y del Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF). Asimismo, la expansión económica impulsó el aumento del empleo formal, lo que impactó positivamente sobre el Impuesto a la Renta personal.

En cambio, las medidas de recorte tributario tomadas el 2012 y el 2014 para estimular la economía –que se había enfriado– y fomentar la formalización, afectaron la recaudación tributaria. Otro factor adverso fue el aumento de la evasión, que en el caso del IGV habría significado una pérdida de ingresos fiscales de 0.9% del PBI en el periodo 2012-17, según estima el BCR. Por último, hay que notar que el 2016 se inició un proceso de reducción del saldo de devoluciones de impuestos, que había subido fuertemente en años previos, de modo que el 2017 este efecto representó una merma de 0.4% del PBI.

Los tributos que más deterioro han sufrido son Impuesto a la Renta y el IGV (2.1% y 1.1% del PBI, respectivamente). Si bien la lenta recuperación de la economía desde el tercer trimestre de este año ha atenuado la caída de los ingresos fiscales, es claro que la política tributaria tiene que reforzar aspectos como la fiscalización. Es alarmante que, en lugar de disminuir, la evasión haya aumentado, y hasta el momento el Gobierno no quiera aprobar medidas antielusión, cuyo impacto puede ser importante, tal como ha señalado el exministro de Economía Alonso Segura.

Además de reducir las exoneraciones y reestructurar regímenes que no han funcionado (como el RUS), el MEF y la Sunat también tienen que afinar sus normas y procesos que han demostrado poca utilidad en atajar la evasión y la elusión. Como bien señala el BCR, el fisco necesita recuperar su capacidad recaudatoria.