Editorial de Gestión. Hay que agregar a otro que, irónicamente, no estaría vacunado: el ministro de Salud, Hernán Condori. (Foto: GEC)
Editorial de Gestión. Hay que agregar a otro que, irónicamente, no estaría vacunado: el ministro de Salud, Hernán Condori. (Foto: GEC)

GABINETE. Han sobrevivido a todos los cambios de ministros del actual régimen, pero no por haber exhibido un trabajo eficiente –desde que juramentaron, el 29 de julio– ni mucho menos por implementar políticas sectoriales claras, programáticas y sostenibles. Su permanencia en el Gabinete se explica por sus vínculos partidarios. O simplemente por la dejadez e impericia del presidente Pedro Castillo, que está más enfocado en atacar a la prensa que en exigir resultados a sus ministros. Además, parece que ni el Congreso los toca.

Se trata de Juan Silva (Transportes y Comunicaciones), Geiner Alvarado (Vivienda, Construcción y Saneamiento), Roberto Sánchez (Comercio Exterior y Turismo), la vicepresidenta de la República, Dina Boluarte (Desarrollo e Inclusión Social) y Aníbal Torres, que el 8 de febrero pasó de Justicia a presidir el Gabinete “de ancha base”. Con la excepción del verborreico premier, los otros destacan por su escaso interés en comunicar qué están haciendo.

De la gestión de Alvarado no se sabe casi nada. De Sánchez, se desconoce qué acciones ha tomado o tomará para reactivar el turismo (el plan que dejó su antecesora no habría sido tomado en cuenta), pues su despacho se ha concentrado en destacar el aumento de las exportaciones –pese a que no es mérito suyo–. Y Boluarte, cuyo despacho maneja S/ 5,000 millones, no ha explicado cómo funcionará Qali Warma cuando los escolares retornen a clases.

El caso más cuestionable es el de Silva, pues además de su silencio, desde un inicio se alertó sobre su inexistente experiencia y sus vínculos con el transporte informal. De hecho, una de sus primeras acciones fue revertir la incipiente reforma del transporte público. Un grave riesgo de su permanencia es que su despacho maneja el mayor presupuesto para inversión pública, casi S/ 9,000 millones, al tiempo que está en el centro de las denuncias por copamiento de puestos con militantes o simpatizantes del partido de gobierno.

Hay que agregar a otro “inmune” que, irónicamente, no estaría vacunado contra el covid-19: el nuevo ministro de Salud, Hernán Condori. Este promotor de menjunjes milagrosos ha dicho que el Perú no comprará una píldora para tratar esa enfermedad y acaba de proponer eliminar las restricciones de aforo, sin haber consultado con especialistas en salud pública y epidemiología (él no lo es).

¿Y el Congreso? Hay una moción de censura contra Silva, pero pocos parlamentarios se han animado a firmarla. ¿De qué valen tantas críticas al Gobierno si cuando tienen la oportunidad no fiscalizan ni censuran?