CIFRAS. Justo cuando los precios comenzaban a estabilizarse en el país y el dólar continuaba su tendencia a la baja, una nueva crisis política generada por el propio presidente Pedro Castillo impactó nuevamente en el tipo de cambio y recordó a los agentes económicos que el ruido político puede reiniciarse en cualquier momento. Encima, volvió a la carga contra el sector privado, en esta oportunidad contra las transnacionales “que brindan servicios y se burlan de los peruanos” y los bancos “que cobran intereses altísimos”.
En un par de días, se encargó de poner en riesgo una incipiente estabilidad de precios y, de paso, opacó una noticia resaltable, pues luego de más de una década, el INEI actualizó el año base para su cálculo de la variación de precios: pasó del 2009 al 2021, lo que significa que los datos de la inflación están más cercanos a la realidad. Por ejemplo, se amplió el número de mercados de abastos encuestados y de productos evaluados, se eliminaron servicios y bienes que ya no son de gran consumo (como llamadas de larga distancia o DVD) y se incorporaron otros como suscripción a streaming, delivery y productos médicos de protección personal.
Con estas novedades, la inflación de enero en Lima Metropolitana fue 0.04%, la más baja desde abril del año pasado (-0.1%). A nivel nacional, sin embargo, la situación fue menos auspiciosa (0.18%), lo que refuerza la preocupante tendencia de que la vida se ha hecho más cara fuera de Lima, afectando con mayor intensidad la reducción del poder adquisitivo de la población en el interior del país –uno de los factores que explicarían la merma de la popularidad presidencial–.
La disminución del ruido político en el primer mes del año ayuda a explicar la baja del tipo de cambio (3.63% respecto de diciembre), aunque también jugó un papel significativo la intervención del BCR, que continuó subiendo su tasa de interés de referencia con el objetivo de anclar las expectativas inflacionarias, proceso que inició en agosto y aún no concluye. Dicha tasa ha pasado de 0.25% en julio a 3% en enero. Un efecto de esta medida ha sido el ingreso de capitales de corto plazo, lo que ha incrementado la oferta de dólares. Esto ha contrarrestado el alza de las cotizaciones de productos que el país importa (insumos alimenticios y combustibles).
Pero solo estamos hablando de un mes, y si el Gobierno sigue generando inestabilidad con sus acciones y declaraciones, enero podría terminar siendo un dato aislado y no el inicio de una tendencia a la baja de la inflación. Ojalá Castillo aprenda pronto.