MINISTERIO DE TRABAJO. Nuevamente la titular de la cartera de Trabajo, Betssy Chávez, se muestra más interesada en seguir la “Agenda 19″ planteada por su antecesor, la cual no fomenta el empleo, que en encontrar soluciones para la situación que vive el 76% de peruanos que labora en la informalidad.
Además de decidir incrementar el sueldo mínimo –una medida que beneficia directamente apenas a medio millón de trabajadores– sin recurrir al diálogo social a través del Consejo Nacional de Trabajo (CNT) y sin mayor debate en el Consejo de Ministros. Ahora plantea eliminar los contratos temporales por inicio o lanzamiento de una nueva actividad, por necesidades del mercado y por reconversión empresarial, reduciendo las opciones para recurrir a esta figura. Se olvida la ministra que si bien se trata de trabajos temporales, estos contratos otorgan al trabajador todos los beneficios que la ley plantea, algo muy diferente que ser un trabajador informal (además, no pueden extenderse de manera ilimitada) y le permite a la empresa, por ejemplo, apostar por iniciar un nuevo negocio reduciendo sus riesgos.
El Ministerio de Trabajo está actuando de manera unilateral sin escuchar a las empresas que son las que finalmente generan los puestos de trabajo. De un universo de más de 15 millones que componen la PEA, los trabajadores asalariados de la actividad privada apenas llegan a los 1.9 millones y, sin embargo, en estos nueve meses desde el Gobierno no se ha visto intención de poder ampliar el número de estos.
No se trata de reducir los beneficios que actualmente tienen los trabajadores formales, pero es necesario facilitar primero que las mypes puedan fortalecerse y crecer para que contraten un mayor número de trabajadores sin el miedo a los sobrecostos laborales, y darles opciones a las empresas informales para que vayan incorporándose a la formalidad, de tal manera que se amplíe el universo de trabajadores formales. Para ambas situaciones existe ya un régimen especial para micro y pequeñas empresas, cuyo uso debe fomentarse. Además, algunos gremios, como la Cámara de Comercio de Lima, ya han trabajado algunos esquemas novedosos que deben evaluarse necesariamente.
Pero sin realizar análisis técnicos ni escuchar tanto a empleadores como a trabajadores (y no solo a los segundos), los cambios que se ejecuten seguirán de espaldas a la realidad. Generarán la precarización del empleo, la disminución de la protección social e, incluso, un mayor desempleo. Betssy Chávez es la principal aliada de la informalidad.