Martín Vizcarra viajó a Moquegua el sábado 6 de octubre para poder votar. (Foto: Presidencia)
Martín Vizcarra viajó a Moquegua el sábado 6 de octubre para poder votar. (Foto: Presidencia)

POPULARIDAD. La última encuesta de Pulso Perú muestra que la popularidad del presidente Martín Vizcarra ha detenido su crecimiento acelerado mostrado en los últimos meses. Es más, en algunos sectores específicos ha caído, como en el nivel socioeconómico E o en el norte, aunque en el centro del país y en Lima su aprobación sigue creciendo.

Las razones de la aprobación presidencial están directamente ligadas a la percepción de que está luchando contra la corrupción y que se está enfrentando al Congreso (algo que valora un sector de la población). Sin embargo, quienes lo desaprueban sostienen que no ha hecho nada contra la corrupción y que tiene una mala administración, quizás allí radique la explicación de por qué sus cifras positivas no se trasladan a ningún ministro y, por el contrario, la desaprobación de ellos sigue en aumento.

Después del discurso de Fiestas Patrias, el presidente logró sintonizar con un sector de la población al plantear reformas políticas y su aprobación vía referéndum. Sin embargo, aprobados ya los proyectos y fijada la fecha para la votación, solo un 14% dice estar bien informado y casi una tercera parte asegura no conocer acerca de las cuatro reformas que serán evaluadas por esa vía.

Así como defendió las reformas políticas, el mandatario debe buscar otro eje central para su Gobierno que le permita mantener la aprobación conseguida, no necesariamente por un tema de cifras, sino porque, como lo ha demostrado el referéndum, el respaldo popular también sirve de presión para el Legislativo. Temas para elegir le sobran, la reconstrucción del norte, la seguridad ciudadana, la corrupción y el crecimiento económico son aspectos donde aún hay trabajo que hacer y todos son de interés de los peruanos.

Pero no solo el presidente Vizcarra debe estar atento a las cifras. A la lideresa de Fuerza Popular no parece irle bien, no solo sigue aumentando su desaprobación, sino que un 77% la considera culpable del delito de lavado de activos, este porcentaje sube a 81% en los sectores A/B y a 83% en el centro del país. Y si bien esta percepción no tiene consecuencias penales, si puede convertirse en un escollo para sus aspiraciones políticas. Las cifras de la encuesta muestran que para cambiar esta impresión no bastará con un discurso de conciliación.