Redacción Gestión

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PROCESO ELECTORAl. Este domingo, se realizarán las elecciones presidenciales en Argentina, y el candidato oficialista, Daniel Scioli, quien lidera la intención de voto, apuesta por ganar en primera vuelta (tal como siempre ha ocurrido en su país). Hasta el momento, las encuestas le dan un 39.5% y, según su ley electoral, será consagrado vencedor quien obtenga más del 45% de los votos o, al menos, 40% con una diferencia de diez puntos respecto al segundo.

La preferencia por Scioli hace pensar que la población argentina ha decidido apostar por "la continuidad con cambios", que es su lema, o que en realidad tiene miedo a que un candidato de derecha, como Mauricio Macri, segundo en las preferencias, elimine los subsidios temporales que le son vitales para sobrevivir en una economía donde alrededor del 25% de la población vive en la pobreza, cerca del 45% acusa actividades en la más completa informalidad y busca solo generar ingresos para la familia, y donde el desempleo llega al 10%.

Visto desde fuera, no resulta lógico que un país con tales cifras económicas apueste por mantener al mismo partido que detenta el poder desde hace más de 12 años. Sin embargo, Scioli se ha asegurado por mostrar ante diversos auditorios que está dispuesto a dar un giro en la política económica que lleva adelante Cristina Fernández de Kirchner.

Scioli apunta a una economía más ortodoxa y se ha encargado de que gente cercana a él se lo haga saber al mercado a través de reuniones con inversionistas y empresarios tanto dentro como fuera del país.

Los seguidores de Cristina aseguran que estas declaraciones no solo muestran una batalla de poder sino también ideológica, y lo acusan de pensar igual que Macri. Es más, muchos temen que llegado al poder dé un giro hacia políticas más favorables a los grandes empresarios, sin embargo para ello necesitaría mucho más que solo deseos.

Falta muy poco para saber si "la continuidad con cambio es real", si Scioli significará una ruptura al interior del oficialismo o si, por primera vez, Argentina llega a una segunda vuelta donde Macri puede ser la gran sorpresa para aplicar las reformas que algunos sectores esperan.

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