Escribe: Rafael Vega, director general de CBC Perú.
Conectar con las personas y generar valor intangible son algunos de los principales desafíos que enfrenta el liderazgo transformacional. Las empresas apuntan a modelos horizontales en la búsqueda de adaptarse a los cambios de las nuevas generaciones. Según un informe de Bumeran, los millennials representan a un 47% de la fuerza laboral en el Perú, mientras que la generación Z, o también llamados centennials, un 17%. Ambos grupos son quienes fomentan una mayor cultura de colaboración en las organizaciones y, además, se involucran en causas sociales para lograr un cambio positivo en su entorno. Entonces, inspirarlos es una causa común que conlleva a trabajar en equipo, aceptar las nuevas ideas y, sobre todo, a reconocer que el éxito no es un esfuerzo individual.
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Uno de los valores organizacionales que debe estar bien constituido es la cultura de la inclusión, que implica empoderar a los colaboradores para que desarrollen sus habilidades en áreas de liderazgo al interior de la compañía. A un líder le importará mucho más contribuir que acumular, es por eso que hoy las organizaciones apuestan por programas de aprendizaje y formación como parte de su cultura. Bajo esa premisa, priorizan el generar valor e impulsan el talento joven.
El éxito de una empresa y la satisfacción de sus colaboradores se alinean en un mismo objetivo. Es importante reconocer que las organizaciones tienen un rol fundamental en construir líderes que aporten positivamente a su equipo, lo que impactará en la sociedad. De esta manera se promoverá un ambiente de crecimiento y desarrollo profesional, que se verá reflejado en los resultados organizacionales que se obtengan.
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En medio de tiempos desafiantes, las empresas han puesto mayor foco a la flexibilidad y capacidad de aprendizaje. El CEO debe tener la capacidad de transmitir seguridad a su equipo de trabajo, teniendo en cuenta que la toma de decisiones en conjunto conlleva a que existan mejores indicadores en la compañía. La capacidad de reacción y orientación son las cualidades que destacan a un buen líder.
Estamos en un momento donde debemos humanizar a las organizaciones para generar valor compartido. Esto impulsará a la formación de nuevas generaciones bajo un liderazgo comprometido con una sociedad con miras a su crecimiento integral. Es crucial que los líderes se adapten a los nuevos desafíos, sólo así se logrará una transformación efectiva.
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