Nuestros economistas se encuentran tras dar sus clases en la Universidad Continental y conversan sobre el viejo dilema de qué es más importante: reducir la pobreza o, más bien, disminuir la desigualdad. Aquí el diálogo entre Adamo (A), para quien crecer para reducir la pobreza es lo más importante y Maynardo (M), quien más bien enfatiza la necesidad de disminuir la desigualdad en los ingresos de la población.
M: ¡Hola Adamo! ¿Has revisado el último reporte de percepción de desigualdades que publicó Oxfam? Lo encuentro muy interesante.
A: La verdad, no lo he revisado. Cuéntame de qué se trata.
M: El reporte constituye el análisis estadístico más completo a la fecha sobre la percepción de las diferentes formas de desigualdad en el Perú e incluye indicadores que permiten medir la magnitud de una serie de brechas sociales y políticas: desde diferencias de género, clase y relaciones étnico-raciales, hasta dimensiones subjetivas de la desigualdad y sus vínculos con orientaciones políticas. Está basado en encuestas desarrolladas por IEP.
A: En general, yo desconfío de las encuestas sobre percepciones, pero entiendo que igual siempre puede ser interesante ver cómo la gente percibe las cosas. Aunque –deberás reconocer– a menudo lo que la gente percibe no se condice con la realidad. Justamente por esto la información provista por estas encuestas debería tomarse con pinzas al momento de evaluar y diseñar políticas públicas.
M: Mmm…creo que tú tienes un sesgo muy marcado contra todo lo que provenga del IEP y Oxfam, a quienes tildas de “progres”.
A: En general, desconfío de fuentes que tienen un sesgo innegable. El problema es que las encuestas muchas veces son “dirigidas” y, fácilmente, pueden inducir el tipo de respuesta que buscan los que diseñan las mismas.
M: De acuerdo con el reporte, un 43% está en desacuerdo con la frase de que en el Perú todos tienen iguales oportunidades de salir de la pobreza. Y es en el acceso a la justicia es donde más se percibe la desigualdad entre los peruanos. De hecho, el 83% considera que en el Perú el acceso a la justicia es muy desigual. Del mismo modo, más de la mitad de los encuestados percibe muy desigual el acceso a la salud (70%), a la educación (59%) y al trabajo (59%). Son cifras demoledoras.
A: Sí lo son. Y estoy de acuerdo en que la desigualdad es un problema. Pero yo te haría dos preguntas. Primera: ¿cuál ha sido la evolución en el tiempo de la desigualdad? ¿ha empeorado o ha mejorado? Porque si ha mejorado y solo vemos una foto del 2022 nos perdemos la dinámica que es tan importante. Y la segunda pregunta: ¿qué es más importante, disminuir la desigualdad o reducir la pobreza?
M: Respecto a la evolución reciente de la percepción de desigualdad, sabemos muy poco; de hecho, esta es la primera encuesta de este tipo y no hay contra qué comparar.
A: Pero tienes la evolución del coeficiente de Gini que es un indicador de desigualdad. En el caso peruano, según los estimados del Banco Mundial, este cayó de 53.6 en el 2002 a 41.6 en el 2019. Eso implica que la distribución del ingreso mejoró mucho en las últimas dos décadas. Solo empeoró producto de la pandemia: cerró en 43.8 en el 2020.
M: Pero el coeficiente de Gini mide solo distribución del ingreso. Lo que este reporte de Oxfam describe es un mundo multifactorial, una realidad mucho más rica que el solo medir ingresos monetarios. Estás siendo reduccionista y economicista.
A: ¡Touché! Acepto tu crítica y seguramente habrá que esperar a futuras encuestas para verificar la dinámica de estas percepciones. Aunque repito, hay que tomar estas encuestas con mucho cuidado.
M: Con respecto a tu pregunta de qué es más importante: reducir desigualdad o reducir pobreza, me voy con reducir desigualdad. ¿Por qué? Porque como dice el propio reporte, el 47% de peruanos considera que la desigualdad es inaceptable y el 70% de los encuestados está de acuerdo con que el Estado peruano debe implementar políticas para reducir la desigualdad entre ricos y pobres. Y regresando a tu coeficiente de Gini, hace años ya Germán Alarco publicó un trabajo en que señala que el coeficiente real del Perú sería el doble del estimado.
A: Mi querido Maynardo, todos estos trabajos de gente que comparte una misma ideología buscan en el fondo lo mismo: priorizar las políticas redistributivas por parte del Estado en vez de fomentar el crecimiento económico, que es la única manera sostenible para reducir la pobreza. Por eso, para mí la prioridad debe ser reducir la pobreza, ello conlleva a que el foco de atención de los gobiernos sean las políticas pro-crecimiento. En cambio, los “progres” que inundan las ONGs y buena parte de la academia, priorizan el tema de desigualdad porque lo que realmente buscan es poner el foco en políticas redistributivas y en clavarle más impuestos a los que generan más riqueza y puestos de trabajo en este país.
M: ¡Caramba! Creo, mi querido Adamo, que te has radicalizado en los últimos tiempos…
A: Probablemente sí, Maynardo. Pero es que no soporto que se manipulen los datos y las ideas para inducir políticas públicas que son –no diré equivocadas– pero sí claramente subóptimas.
M: ¿Por qué es subóptimo buscar redistribuir el ingreso o las oportunidades? Creo que estás siendo muy sesgado.
A: Porque redistribuir no genera crecimiento per se. Expoliar a las empresas – que son las que generan riqueza– para entregar bonos alimenticios o incluso servicios públicos a los pobres es una política subóptima frente a la adopción de medidas pro-crecimiento que generen más puestos de trabajo. El asistencialismo del Estado no acaba con la pobreza. Solo el empleo digno y productivo que acompaña al crecimiento, reduce la pobreza de forma permanente. “Redistribuir la torta mejor no hace crecer la torta”.
M: Creo que estás equivocado, Adamo. Hasta el propio Fondo Monetario Internacional ha dicho que la evidencia muestra que cuanto más concentrada está la riqueza, menor es el crecimiento económico. Parecería que el tema del dilema desigualdad versus crecimiento finalmente estaría zanjándose.
A: No hay una relación simple entre crecimiento y desigualdad. En general, la evidencia sugiere que altos índices de desigualdad reducen los efectos beneficiosos del crecimiento sobre la pobreza, es decir, a mayor desigualdad, menor será el efecto del crecimiento económico en reducir la pobreza. ¡Pero no por esto debemos perder el foco en las políticas pro-crecimiento!
M: Creo que reducir la desigualdad debe pasar a ser un objetivo central de las políticas públicas. Y, seamos claros, más importante que la desigualdad de los ingresos es la desigualdad de oportunidades que afecta negativamente a los grupos más vulnerables de la sociedad, reduciendo la movilidad social. Esto último genera mucha frustración en grandes sectores de la población y contribuye a la conflictividad social, lo cual reduce el crecimiento potencial de la economía.
A: Sin duda, la educación es un elemento fundamental para igualar oportunidades y como tal, el Estado debe asegurar que una educación de calidad llegue a todos los estamentos sociales. Pero la verdadera razón por la cual la desigualdad puede ser un freno para el crecimiento es porque, a mayor desigualdad, los gobiernos se sienten tentados a intervenir más en la economía y a establecer políticas populistas “dizque pro-redistributivas”, que terminan socavando el crecimiento económico. Y reportes como este de Oxfam-IEP justamente buscan esto.
M: Parece que no nos entendemos…