Credicorp: el compromiso empresarial

El sector privado cumple un rol fundamental en un país, pues contribuye al bienestar de la sociedad a través de la provisión de servicios y productos para atender las necesidades de los ciudadanos, la generación de utilidades que pagan impuestos, la creación de empleo y la inversión. Desde hace algunos años, no obstante, las empresas han venido repensando su rol en la sociedad y han afinado su modelo de negocio para generar un impacto mucho más directo en sus stakeholders.

De hecho, esta mirada se ha vuelto ya una demanda social cada vez más visible. En el mundo, los ciudadanos esperan que las corporaciones operen de manera responsable, fomenten una relación de confianza con sus clientes y mitiguen su impacto en el medio ambiente. Mientras más grande y relevante es la empresa, más se espera de ella.

La pandemia del COVID-19 no hizo sino acelerar el sentido de urgencia de esta mayor conexión de las empresas con la sociedad. Por todo ello, el concepto de “sostenibilidad” viene ganando cada vez más terreno en los directorios de las compañías, quienes a su vez están transformando su estrategia de negocio hacia una que sea no solo rentable sino además responsable.

Mucho antes de la emergencia sanitaria, en Credicorp tomamos conciencia de la necesidad de emprender el camino hacia la sostenibilidad y, a lo largo del 2020 hemos definido las bases para esta nueva era.

Compromiso del Directorio

Hace algunas semanas el Directorio de Credicorp aprobó modificar el alcance y cambiar el nombre del Comité de Gobierno Corporativo (CGC) para denominarlo Comité de Sostenibilidad (CS). Este cambio de nombre, aparentemente cosmético y sin relevancia, responde a una revisión profunda en la dirección de las prioridades del directorio en el largo plazo.

Podríamos decir que, en estos 25 años desde que se creó Credicorp, hemos sido exitosos en la concepción tradicional de “éxito”. Somos el resultado de la visión y esfuerzo de un equipo de profesionales que encontró oportunidades, apostó decididamente por el Perú, amplió sus fronteras, se sumó al esfuerzo de una sociedad pujante y con ganas de salir adelante y que pudo operar en un entorno promovido por sucesivos gobiernos que mantuvieron un modelo de desarrollo relativamente estable.

La apuesta generó crecimiento y trajo utilidades, las cuales, en gran medida, se reinvirtieron constantemente para seguir creciendo en un círculo virtuoso.

Las empresas crecen y se desarrollan cuando ven oportunidades en la atención de necesidades no cubiertas de la población. Si la necesidad humana existe, alguien -tarde o temprano- la atenderá a través de soluciones adecuadas.

Eso hemos hecho, anticipándonos a muchos otros, de la mano del gran equipo humano que conforman los colaboradores del BCP, BCP Bolivia, Credicorp Capital, Mibanco, Mibanco Colombia, Pacífico, Prima, Atlantic Security Bank, y Krealo. Si hay algo que caracteriza a Credicorp es nuestro apetito innovador, lo cual nos permite romper paradigmas y crecer.

El proyecto empresarial que representa Credicorp no solo ha traído crecimiento, sino que ha acompañado el progreso y la realización de sueños de millones de personas. Hoy, los servicios bancarios se ofrecen a través de múltiples canales disponibles para una sociedad amplia, emprendedora y diversa, a costos cada vez menores y con una creciente facilidad para que cada vez más gente se beneficie.

También facilitamos el financiamiento a personas y empresas, los que en no pocos casos estaban fuera del sistema. Asimismo, hemos impulsado la cobertura y protección a millones de asegurados que escasos años atrás no tenían acceso a protecciones siquiera básicas y hemos gestionado los ahorros de millones de peruanos para su jubilación.

Todo ello nos permite estar convencidos de que, desde las empresas del grupo, hemos ayudado a generar mayor prosperidad en los países donde operamos. Sin embargo, somos conscientes de que de nada sirve el aparente éxito empresarial si la sociedad no considera al sector privado como vehículo de generación de bienestar. Ese éxito se vuelve efímero, irrelevante y hasta dañino en una perspectiva de más largo plazo si la sociedad no forma parte del proceso.

Adaptar el modelo de negocio al nuevo contexto social es fundamental para la sostenibilidad de la empresa privada. Si para lograr crecer y generar utilidades, una organización avanza de forma tal que importantes sectores de la sociedad la ven con recelo o abiertamente perjudiciales, habrá fracasado como proyecto empresarial. Tarde o temprano habrá mayores obstáculos para avanzar, más desconexión con la sociedad, hasta el punto que la empresa podría volverse insostenible.

Por todo ello, en Credicorp tenemos más claro que nunca que la ruta a seguir es una que garantice la sostenibilidad en el largo plazo y no el éxito temporal. Esto significa que debemos poner en primera línea la relevancia que tienen y el beneficio que generan nuestros productos y servicios para la población, una genuina preocupación por la formación, crecimiento y bienestar de nuestros cerca de 37,000 colaboradores, el impacto positivo en las comunidades donde operamos, el acompañamiento efectivo a nuestros proveedores, el trato correcto a nuestros miles de accionistas en todo el planeta.

Ya no es suficiente ofrecer productos y servicios de manera adecuada, sino que ahora queremos transformar vidas para mejor, y sobre todo, que ello permita proyectar la coherencia entre nuestras acciones y nuestros valores. En definitiva, para ser sostenibles, las empresas de Credicorp deben ser y ser vistas como vehículos de generación de bienestar y progreso: más conscientes, más sensibles, más responsables y más humanas.

El Directorio de Credicorp lo tiene claro, y por eso decidió que no bastaba con asegurar que uno de sus 4 comités garantice un buen gobierno corporativo, sino que la prioridad suprema debía estar en asegurar que Credicorp siga la ruta hacia una verdadera sostenibilidad. El nuevo Comité de Sostenibilidad de Credicorp debe llevarnos por este camino.