Economista
El presidente Pedro Castillo trata de ganar tiempo, mientras la oposición parece “adormilada”. Es así que el oficialismo avanza rápidamente en lo que le interesa, en su verdadero plan de gobierno (nombramientos estratégicos en la Policía, nombramiento de prefectos afines al Movadef; en su estrategia de lograr un referéndum por la vía “extralegal”, etc.).
Un tema que ilustra claramente la estrategia de ganar tiempo es el caso del nuevo gabinete, que lo ha estado postergando según su conveniencia. Lo anterior también ilustra otra de las principales características del profesor; el ser un gran tomador de indecisiones. Es por ello que cuando ocurre una crisis importante se refugia en Chota, esperando que los problemas se solucionen solos, o que un tercero aporte una salida, como fue el caso de algunos ministros cuestionados, que ante la inminencia de ser censurados recurrieron a la renuncia, o el Congreso lo censura (caso del exministro de Educación, Carlos Gallardo). Además, en la entrevista concedida a Hildebrandt, sobre el público enfrentamiento entre el ministro del Interior y el comandante general de la Policía, que ya tiene varios días a la población en suspenso, precisó ¡”estamos dándole el tiempo y el espacio para que resuelvan los problemas”!
De otro lado también se aprecia claramente un “adormecimiento” de la oposición, en seis meses de gobierno y habiendo muchos ministros seriamente cuestionados, solo censuró a uno, e inclusive cuando se sometió a votación la censura al ministro de Transportes y Comunicaciones –quien está haciendo lo posible para retroceder en la reforma clave de transportes y tiene una serie de problemas que justificaban su censura–, el pleno del Congreso la rechazó. Para no hablar de la casi nula labor fiscalizadora del Congreso. Asimismo, hace tiempo que ya no hay marchas y los partidos están más interesados en pelearse con otras agrupaciones que deberían ser afines, para ser ellos los que tengan el “mejor” candidato para la Alcaldía de Lima en lugar de lo lógico: encontrar un candidato de consenso.
De otro lado en el caso del empresariado, y aunque sea de no creerlo, un cierto número de empresarios se están dejando embaucar por el cinismo de Castillo y se están “acostumbrando” a la situación estacionaria. Lo mismo en un sector de las multinacionales, que deben tener una buena cobertura de sus pólizas sobre riesgos políticos, porque parecen estar influidas de un optimismo que no se explica con todos los problemas internos y externos que se nos vienen encima.
Mientras Castillo gana tiempo valioso, el país sufre por sus indecisiones. Y el profesor, al ver que eran rentables políticamente, ha centrado la mayor parte de sus declaraciones en los éxitos de la vacunación y la protección que brinda frente al ómicron, y en sus críticas a Repsol y a la empresa privada por el importante derrame petrolero.
Sin embargo, la aprobación por insistencia de la ley que obliga a que cualquier referéndum tiene que ser aprobado previamente por el Congreso y el anuncio de los cerronistas de que ya se agotó la vía pacífica para avanzar con el referéndum para aprobar una Asamblea Constituyente, los tornará más radicales, lo que ya se ha anunciado. Inclusive, Pedro Castillo ha mencionado que cuando se le informe a la población de los hechos anteriormente descritos (el casi agotamiento de la vía formal para el referéndum) se espera que la ciudadanía reaccione como en Chile en el 2019. Y hay que ver cómo reacciona Castillo ante la muy severa derrota obtenida. Estoy suponiendo que el TC no tendrá los votos para declarar inconstitucional dicha ley. Con lo que se le han cerrado todas las puertas para lograr su principal iniciativa política (una nueva Constitución), sobre la cual descansaba toda su arquitectura política refundacional de nuestro país.