Ingeniero de Construcciones Aeronáuticas
Bolivia forma parte del exclusivo grupo de países sudamericanos que cuentan actualmente con satélites de telecomunicaciones soberanos, junto con Argentina y Brasil. En esta entrega, revisaremos la experiencia del vecino país y su programa satelital Túpac Katari-1.
Los Orígenes
La Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia promulgada en febrero del 2009, en su artículo 20, establece que toda persona tiene derecho, entre otros servicios básicos, al acceso universal y equitativo a las telecomunicaciones. Con el objetivo de ofrecer estos servicios a la población rural excluida, que vive en poblados muy pequeños con cerca de 100 habitantes cada uno, en 2010 se creó la Agencia Boliviana Espacial (ABE). Paralelamente, se creó el Programa Nacional de Telecomunicaciones de Inclusión Social (Prontis), entidad encargada del fondo creado a partir de las tasas impuestas a la industria del sector para financiar los proyectos rurales, los mismos que eran ejecutados por la Empresa Nacional de Telecomunicaciones Entel Bolivia, de propiedad estatal.
A fin de contar con el sistema que permita conectar a la poblaciones pequeñas, aisladas, alejadas y excluidas del servicio, en diciembre del 2010 se suscribió el contrato con China Great Wall Industry Corporation para la producción del satélite de telecomunicaciones Túpac Katari-1 (TKSAT-1). En 2012 se inició la construcción de la estación terrena principal de Amachuma en El Alto de La Paz y la estación de respaldo de La Guardia en Santa Cruz de la Sierra. El 20 de diciembre del 2013, desde el telepuerto de Xichang en China, el satélite TKSAT-1 fue lanzado al espacio, entrando en servicio comercial el 1 de abril del 2014.
El Satélite Túpac Katari-1
El TKSAT-1 es un satélite de telecomunicaciones de tipo convencional, ubicado en la posición orbital 87.2° Oeste de la órbita geoestacionaria. La órbita GEO (por geosynchronous equatorial orbit) es un anillo circular imaginario situado sobre el ecuador terrestre a una altitud de 35,786 Km. Un satélite ubicado en tal órbita sigue la misma dirección y velocidad de rotación de la Tierra, de forma que su posición parece estática respecto a un punto terrestre determinado. Esto permite apuntar una antena fija al satélite para establecer un enlace de comunicaciones permanente.
El TKSAT-1 ha sido construido sobre una plataforma DFH-4. Su carga útil constituida por cinco antenas y 30 transpondedores proporciona un ancho de banda de 1,232 MHz. En banda C tiene un ancho de banda de 56 MHz con cobertura en toda América del Sur. En banda Ku cubre con 792 MHz los territorios de Bolivia, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, brindando servicios satelitales fijos. Exclusivamente para Bolivia, en banda Ku brinda servicios de broadcasting con 144 MHz y en banda Ka con 240 MHz.
Los servicios que ofrece el TKSAT-1 son segmento satelital; televisión directa al hogar (DTH) con servicios de TV digital y radio satelital; internet satelital; transmisión de datos, imágenes y videos; backhaul celular; servicios de telesalud, centros de acceso digital y transmisiones temporales en vivo.
La Agencia Boliviana Espacial y sus Logros
La Agencia Boliviana Espacial (ABE) es una empresa pública estratégica de Bolivia creada para operar el TKSAT-1. En la práctica, ABE es una PYME de alta productividad y tecnología, que cuenta con 60 empleados, a cargo de las dos estaciones de control de Amachuma y de La Guardia, y de la oficina administrativa comercial de La Paz. Mantiene un nivel de facturación anual del orden de los US$ 25 millones por la comercialización de los servicios del satélite.
ABE sostiene que la legislación boliviana no otorga ninguna preferencia particular al satélite nacional y, por el contrario, los satélites extranjeros pagan menos impuestos que los que paga el TKSAT-1. A pesar de ello, ABE ha logrado que el 90% del segmento espacial que se usa en la actualidad en Bolivia provenga de su satélite. Asimismo, han logrado el acceso universal a la televisión al transmitir por satélite alrededor de 30 canales de TV sin encriptación, por lo que cualquier ciudadano en cualquier lugar del país puede acceder gratuitamente al servicio a través de un económico kit de recepción. Por otro lado, ABE sostiene que los precios de los servicios satelitales que ofrece en Bolivia son los más bajos de la región andina, comparados con los que se encuentran en países como Colombia, Ecuador o Perú, lo que también presiona a los proveedores extranjeros a bajar sus precios o, en el extremo, a no incursionar en el mercado boliviano por la presencia del TKSAT-1.
Dado que el acceso a las telecomunicaciones es un derecho establecido en su Constitución Política y que las telecomunicaciones rurales no son rentables comercialmente, el Estado Boliviano proporciona el financiamiento para la provisión de estos servicios. En ese sentido, gracias al TKSAT-1, ABE ha logrado conectar a 13,691 localidades que concentran a más del 95% de su población. Dado que el satélite se encuentra ocupado sólo al 70%, estiman poder atender al restante 5% con la capacidad remanente.
Lecciones aprendidas
ABE sostiene que un proyecto de este tipo es complejo por la cantidad de factores involucrados. Mientras que el TKSAT-1 fue relativamente fácil de implementar gracias a la participación de la industria espacial de China, la infraestructura terrestre tuvo un desarrollo más complicado. Consideran que el factor político resultó determinante para el éxito del proyecto y que la coordinación intersectorial ha sido indispensable para alcanzar los logros registrados hasta el momento.