Catedrático de las Universidades del Pacífico y UPC. Director de la Maestría en Tributación de la UPC
El Proyecto de Ley N° 9151/2024-CR, que crea la Zona Económica Especial de Chancay (ZEECH), tiene como objetivo fomentar el desarrollo económico y comercial de la región mediante un régimen especial de incentivos tributarios y aduaneros.
Veamos los beneficios y desafíos de esta iniciativa, centrándonos en su capacidad para promover el crecimiento económico regional, las críticas a su implementación y las implicaciones a largo plazo de la ZEECH.
En primer lugar, la propuesta incluye la exoneración de ciertos impuestos. Los usuarios de la Zona Económica Especial de Chancay (ZEECH) estarán exentos, por un periodo de 30 años, del Impuesto a la Renta (IR), el Impuesto General a las Ventas (IGV), el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC), el Impuesto de Promoción Municipal (IPM) y el Impuesto Predial (IP) sobre los bienes registrados a nombre de los usuarios.
Asimismo, se les exime del pago del Ad-Valorem del arancel de aduanas para la importación de mercancías, siempre que dichas mercancías se destinen a actividades relacionadas con el desarrollo de la ZEECH. Esto incluye la adquisición de maquinaria, equipos, herramientas, repuestos, materiales de construcción, entre otros. Estos incentivos están específicamente diseñados para atraer inversiones privadas, especialmente en sectores industriales, agroindustriales y tecnológicos.
Esta política es indudablemente positiva, ya que promueve la llegada de capital privado y puede transformar a Chancay en un importante núcleo logístico y comercial del Pacífico. En términos comparativos, otras zonas económicas especiales en nuestro país, como la ZOFRATACNA y las ZEDs de Paita e Ilo, han demostrado que este tipo de políticas pueden estimular el comercio y las exportaciones.
Para acceder a estos beneficios, los usuarios de la ZEECH deben cumplir con ciertos requisitos que buscan fomentar la competitividad en la zona. Entre estos, se incluye el compromiso de realizar una inversión mínima en la zona económica especial, cuyo monto será fijado en el reglamento. También se exige una cantidad mínima de trabajadores a tiempo completo, con énfasis en la contratación de personal especializado. Además, las actividades económicas de las empresas deben centrarse en la ZEECH, y la Sunat deberá contar con mecanismos transparentes para verificar en línea que se cumplan estos requisitos. El Consejo Directivo de la ZEECH también podrá establecer condiciones adicionales para asegurar el progreso de la zona económica.
Además de atraer capital, estos incentivos tienen el potencial de generar empleos, pues se requiere que las empresas beneficiadas cumplan con la contratación de personal especializado, lo que aumentaría la competitividad de la región. Según el Proyecto, la ZEECH tiene el potencial de generar 8,550 empleos directos y aportar un impacto económico de US$ 4,500 millones anuales, representando el 1.8% del PBI del Perú. Estos datos respaldan una evaluación positiva de la propuesta, ya que alinean la ZEECH con los objetivos del Estado de promover el desarrollo descentralizado y reducir las brechas económicas entre las regiones más desarrolladas y aquellas con menos recursos.
En este Proyecto de Ley se identificó ciertos desafíos de implementación. En primer lugar, es fundamental evitar un desarrollo insostenible que dependa exclusivamente de incentivos fiscales, ya que podría crear una ilusión de crecimiento que concluiría cuando expiren aquéllos. Aunque el Estado garantiza una normativa por 30 años, el éxito de la ZEECH dependerá -en mayor medida- de la efectividad con la que se gestionen sus operaciones y su infraestructura.
Otro punto crítico es la falta de infraestructura actual en la región. Aunque el puerto de Chancay es un activo estratégico, la ZEECH carece de corredores industriales y parques que faciliten las exportaciones y el desarrollo logístico, limitaciones que obviamente no se resolverán solo con incentivos fiscales. Sin inversión pública en infraestructura, la atracción al capital privado podría ser insuficiente para desarrollar la región.
Es fundamental que esta estabilidad fiscal por 30 años venga entonces acompañada de un esfuerzo por mejorar la competitividad, mediante la inversión en capacidades tecnológicas, educativas y logísticas en la región. El Fondo Social propuesto, destinado a mejorar la infraestructura educativa y de salud, es un paso en la dirección correcta, pero dependerá de una adecuada ejecución y transparencia para generar un impacto real.
El éxito de la ZEECH a largo plazo dependerá de una implementación eficaz que integre inversiones en infraestructura, una gestión transparente y el desarrollo de capacidades locales. Sin estos componentes, los beneficios iniciales podrían verse limitados, convirtiendo a esta zona especial en una oportunidad finalmente desperdiciada, en lugar de una solución duradera para el desarrollo regional.
¡Apostemos por esta ZEECH, pero bajo un desarrollo integral y sostenible!.
Comienza a destacar en el mundo empresarial recibiendo las noticias más exclusivas del día en tu bandeja Aquí. Si aún no tienes una cuenta, Regístrate gratis y sé parte de nuestra comunidad.