Ana Claudia Quintanilla
Gerente de Regulación de Movistar
Hemos sido testigos del papel determinante de las telecomunicaciones para estar conectados, especialmente a raíz de las restricciones y efectos que ha tenido el COVID-19. Hoy es posible trabajar, estudiar e informarnos a través de los datos. Esta situación ha generado una mayor demanda de internet, y se prevé que esta aumentará.
De acuerdo al Ericsson Mobility Report, el crecimiento proyectado del tráfico de internet hacia el 2025 se ha disparado a 7 veces más de lo esperado frente al estimado anterior, de 5 veces. Hasta antes de la invención del telégrafo (1829), nuestros mensajes viajaban a la velocidad de la rueda; hoy, no toleramos si una foto o archivo no carga con rapidez en Whatsapp.
El Perú está avanzando en conectividad, pero aún hay brechas importantes. Si bien las conexiones al servicio de internet fijo aumentaron casi 17% hasta cerca de los 3 millones de conexiones -según datos de Osiptel a marzo del 2021-, millones de peruanos no tienen acceso a la tecnología y la conectividad.
La pandemia ha evidenciado aún más esta desigualdad digital que condiciona el acceso a la salud, a la educación y al trabajo, lo que nos impulsa a seguir promoviendo una mayor conectividad que tenga como centro a las personas. El objetivo es generar mayores oportunidades para todos.
El impacto de internet en ingresos de los hogares asciende a S/ 275.8 promedio mensual en zonas urbanas y de S/ 390.9 en áreas rurales, de acuerdo a un informe del Ministerio de Transportes y Comunicaciones.
Para lograr una mayor inclusión digital y atender el crecimiento del tráfico se requiere acelerar el despliegue de infraestructura tecnológica. Según el Osiptel se requieren más de 36 mil antenas al 2025 para atender la demanda creciente de datos.
Por ello, es fundamental sumar esfuerzos desde todos los sectores para impulsar la conectividad. Con ese propósito, hace dos años se creó Internet para Todos, empresa conformada por Telefónica, Facebook, BID Invest y CAF que ha logrado conectar a cerca de 12 mil comunidades rurales que no tenían un adecuado acceso a internet, llevando inclusión digital a cada rincón del país.
Asimismo, ante la nueva dinámica de consumo en el hogar, se viene apostando por poner a disposición la mejor tecnología disponible y ya se está desplegando de forma masiva y progresiva la fibra óptica en el país. Además, estamos preparando nuestras redes móviles para asegurar la llegada de la próxima generación de redes 5G.
Para acelerar la conectividad en el Perú es fundamental implementar una suerte de Fast Track que facilite las autorizaciones necesarias para la instalación de infraestructura de telecomunicaciones. Esto puede ir acompañado de la implementación de una ventanilla única virtual para la atención de este tipo de trámites.
Asimismo, es necesario seguir explorando iniciativas que hagan más eficiente el modelo de financiamiento del acceso universal, como la reciente iniciativa del Ministerio de Transportes y Comunicaciones de pago del canon por compromisos de conectividad, una suerte de “Obras por Impuestos” sectorial.
En Perú, aún hay mucho por resolver. Debemos sumar esfuerzos y promover una política que impulse la conectividad y la innovación tecnológica.