Director Ejecutivo AGAP
Esta realidad que estamos viviendo a raíz del coronavirus es aterradora, este virus que viene diseminándose y atacando en todo el mundo, causando la muerte de miles de personas, generando un daño inimaginable a las economías y confinando a cuarentena a millones de ciudadanos de todo el mundo, parece salida de una de las mejores películas de Hollywood en donde el mundo sufrió una pandemia global y tuvo que vivir en los restos de la civilización colapsada, luchando por generar una nueva en medio de carencias y riesgos, pero en donde finalmente la vida busca el camino y vuelve a surgir.
Este es nuestro reto mas inmediato, el de la sobrevivencia, si, el de preservar la vida de todos, para ello debemos seguir todas las indicaciones de las autoridades, lavarse las manos, usar mascarilla, guardar el distanciamiento social y la cuarentena dispuesta por el gobierno, además de todas las indicaciones de la OMS, entre otros. Pero también tenemos el reto de construir el camino para salir y desarrollarnos luego de crisis y no perder en el intento.
Pero esta pandemia también nos está dando varias enseñanzas todos los días, no sólo porque ahora obligatoriamente nos está ayudando a pasar más horas en nuestras casas con nuestras familias y con ello las estamos fortaleciendo, o porque el confinamiento obligatorio nos está permitiendo ver el mundo con otras perspectivas, lo cierto es que las cosas ya no serán igual de ahora en adelante, el mundo viene transitando por un cambio radical y hoy acentuado más aún por esta pandemia y por ello será mucho lo que tendremos que cambiar nuestros países y nosotros mismos. Aquí algunas reflexiones:
1. Tener claro que riesgos globales contra la vida de las personas se pueden dar y en cualquier momento. Para esto tenemos que estar preparados y por ello como país debemos tener un plan de contingencia, un sistema de alerta y operación temprana para disminuir los impactos, y, sobre todo, disminuir estos en los segmentos más vulnerables.
2. Lo estructuralmente importante que es para un país tener una economía sana, con un manejo serio y en crecimiento constante a tasas mayores al 5%, con un adecuado clima de negocios y COMPETITIVO, para generar bienestar en la población y ahorros, sin eso ya estaríamos colapsados como viene ocurriendo en algunos países y, sobre todo, desterrando el populismo en la política pública.
3. Tenemos que fortalecer nuestro sistema de salud pública, que no tiene suficiente infraestructura ni capacidades, con colas para las atenciones, con pocas medicinas y que no es capaz de atender a todos los ciudadanos enfermos. Tenemos la necesidad urgente de que el Estado invierta en un sistema de salud a prueba de pandemias, con los profesionales y técnicos necesarios, infraestructura y equipos de vanguardia y en la cantidad suficiente, con un sistema digital de citas, historias clínicas digitales, atenciones virtuales, nueva tecnología médica, etc. ¡Si Tecnología! Esto es el mundo de hoy y no del mañana.
4. Lo esencial y vital que es la cadena de alimentaria, esta es otra de las enseñanzas que nos resalta esta pandemia del coronavirus. Todos los países del mundo están protegiendo su cadena de abastecimiento de alimentos, desde la producción de alimentos frescos hasta alimentos procesados, para no dejar desabastecidos los mercados tanto internos como externos, manteniendo el comercio exterior de alimentos por necesidad mutua y por solidaridad global. Por ejemplo, el Sector Agro Peruano no sólo atiende los mercados internos sino también el externo y tiene su principal mercado exterior en el hemisferio norte que es donde se encuentra el 90% de la población mundial, pero también de ahí provienen lo ultimo en tecnologías, medicinas, alimentos, maquinaria, equipos, etc. ese intercambio global es vital para el desarrollo.
5. Otra gran enseñanza es el fortalecimiento institucional público pero también el fortalecimiento institucional privado, tan necesario en estos días. El trabajo conjunto entre el sector público y el privado es la única manera de salir adelante, lo venimos haciendo de forma institucional con los ministerios en un trabajo de 7 días a la semana por 24 horas, con transparencia y respeto mutuo, en un diálogo directo, continuo y transparente, para enfrentar una crisis como esta y para ayudar a todo el país.
6. Disminuir la informalidad drásticamente y la poca institucionalidad, esta no solo se da cuando alguien no paga impuestos sino también cuando no se siguen las normas o no se respeta a la autoridad o a las instituciones, lo vemos estos días en personas que no quieren acatar las disposiciones en esta crisis provocada por el COVID19. La informalidad y poca fortaleza institucional son unos de los principales problemas para poder tener un país sostenible con calidad de vida y bienestar para los ciudadanos.
7. La necesidad prioritaria de reconvertir el vetusto y viejo aparato público que quiere permisos y trámites en papel con sellos y firmas, con colas interminables, horas valiosas perdidas, etc. para transformarlo en un aparato publico digital, ágil, innovador, que explote las tecnologías modernas con trámites en línea, con firma digital y trazabilidad en tiempo real de los documentos y demás trámites, esto hace años que lo solucionó la tecnología y la digitalización, tenemos que romper los viejos paradigmas del papel y del sello. Ya existen varias iniciativas que se viene desarrollando y algunos procesos implementados, sin embargo, nos falta mucho por hacer.
8. Es urgente una reingeniería normativa que permita hacer los cambios que requerimos para ser mas competitivos e implementar las enseñanzas que nos dejan estas crisis globales. No podemos quedarnos como estamos, la productividad normativa y la calidad regulatoria no se debe medir por el número de normas aprobadas sino como estas normas son cada vez menos pero más eficientes y con un mayor impacto para el desarrollo y crecimiento del país. El populismo es contrario al bienestar sostenible.
9. La necesidad de cuidar el medio ambiente, esto es calidad de vida y sobrevivencia. Este período de para obligatoria mundial, ocasionado por el coronavirus, ha mostrado cielos limpios, sin smog, con aire puro, casi nula contaminación sonora, aves que recuperaron su espacio en una ciudad vacía y en las playas, ríos y mares menos contaminados, etc. Tenemos mucho que hacer para transformar nuestras actividades cotidianas y disminuir su impacto. Temas tan elementales como un transporte público en tren y vehículos eléctricos o el tratamiento de todas las aguas servidas de las ciudades y un sistema de reciclaje público con botaderos autorizados, o los incentivos para el uso de energías limpias en la industria y los hogares, etc. son hoy en día prioritarios.
10. La importancia de invertir y desarrollar los ecosistemas propios de I+D+i, un aspecto fundamental del desarrollo de los países del siglo 21, si bien es cierto estamos integrados al mundo y mucha de la tecnología la podemos conseguir de países más desarrollados, también es cierto que el COVID19 nos ha mostrado la debilidad del país para poder enfrentarnos con estas crisis con nuestros desarrollos propios, como ejemplo están los casos de los equipos de respiración asistida y pruebas para detectar el virus, etc. en donde los países están prohibiendo las exportaciones para utilizarlos internamente. Necesitamos con urgencia desplegar inversión para el desarrollo de nuestros propios ecosistemas de I+D+i, en todos los sectores e impulsar el desarrollo científico y tecnológico propio, capacidades tenemos de sobra.
11. ¿Trabajo, horario, oficina, empleo, normas laborales? El mundo ya cambio hace años y algunos no nos enteramos, quizás esta cuarentena forzosa nos ayude a entender eso. Ya no mas las dinámicas con horarios ni oficinas como las conocemos, sino unidades de desarrollo modulares, en línea y desarrollando conocimiento y trabajo en equipo, tan solo es necesario una laptop, una conexión a internet y un espacio colaborativo físico o virtual. Aquí nuevamente la normativa sobre el trabajo debe evolucionar y adaptarse a la realidad que está en constante cambio competitivo y a la naturaleza de los sectores, no es un tema de ideologías o de posiciones de empleadores o trabajadores, es una realidad que cambia dinámicamente y que requiere la misma evolución en la normativa. Incorporar ese mayor porcentaje de informalidad solo se podrá cuando se evolucione y cambie, esto es vital para la sostenibilidad.
El mundo, así como lo conocíamos antes de que el coronavirus llegará al Perú, ya no será el mismo, hoy ya no es el mismo y será otro mundo pasada esta crisis, con otra visión de la vida y la sobrevivencia, y donde la tecnología, los sistemas de I+D+i y el conocimiento disruptivo serán una vez más una de los elementos estructurales que desarrollará la esencia de la competitividad del mundo después del coronavirus.
¿Los Peruanos aprendimos? ¿Estamos preparados para esta nueva realidad y este nuevo mundo? Piensa y actúa, podemos ser mejores, los mejores del mundo, depende de nosotros aprovechar esta oportunidad para hacer de nuestro país un país mejor.