Escribe: Carlo León, gerente de Renta Fija de Prima AFP
En un contexto global donde la búsqueda de rendimientos se ha vuelto una prioridad ineludible, las estrategias de inversión a corto plazo emergen como un refugio atractivo para aquellos inversionistas que buscan baja volatilidad y tasas de interés elevadas en periodos cortos.
En Estados Unidos, por ejemplo, los fondos del mercado de dinero han experimentado un sólido crecimiento desde el 2022, año en que la Reserva Federal inició uno de los ciclos de ajuste de tasas de interés más agresivos en décadas. Según datos del Investment Company Institute (ICI), estos fondos ya superan los US$ 6 trillones en activos administrados y se espera que el ritmo de crecimiento de este tipo de estrategias continúe en los próximos meses.
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El Perú no es ajeno a esta tendencia. En los últimos meses, la búsqueda de rendimientos a corto plazo ha ganado un impulso significativo. Esto se refleja claramente en las dinámicas recientes del mercado local de instrumentos de corto plazo. Durante mayo, debido al fuerte apetito de inversionistas institucionales, las primas de riesgo asociadas a estas emisiones han experimentado una notable contracción, situándose en apenas 30 puntos básicos sobre la referencia de emisiones del Banco Central de Reserva (BCR). Para contextualizar, hasta hace unos meses, era común observar ‘spreads’ fluctuando entre 100 y 200 puntos básicos. El panorama en el mercado ‘retail’ no es muy distinto. El voraz apetito de personas naturales por capturar tasas altas en depósitos a plazo ha llevado también a una fuerte compresión de primas de riesgo.
A pesar de lo atractivo de esta estrategia, es esencial evaluar con cautela los riesgos que conlleva. En primer lugar, uno de los objetivos de inversión más importantes es obtener rendimientos que superen la tasa de inflación. Aunque esta se encuentra actualmente dentro del rango meta y con una tendencia descendente, el riesgo de un repunte no puede descartarse por completo. Por ello, aquellos inversionistas más conservadores que están recibiendo tasas de interés cercanas a la tasa de referencia del BCR son los más expuestos a posibles sorpresas al alza de inflación.
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En segundo lugar, el apetito eufórico por rendimientos elevados a corto plazo puede inducir a asumir riesgos innecesarios. Específicamente, una tasa atractiva puede tentar a inversionistas institucionales y personas naturales con alto patrimonio a financiar empresas o entidades bancarias de mayor riesgo crediticio que escapen del perfil de tolerancia al riesgo. Por último, el horizonte de inversión también juega un rol importante. Si se tiene la intención de invertir a largo plazo y el nivel de riesgo lo permite, es probable que un depósito o una emisión de corto plazo no sean las opciones más recomendables. En estos casos, puede ser más beneficioso explorar alternativas de inversión que ofrezcan un potencial de crecimiento a largo plazo y se alineen mejor con los objetivos financieros y la tolerancia al riesgo del inversionista.
Para abordar estos riesgos y maximizar los beneficios potenciales de las estrategias de inversión, es fundamental adoptar un enfoque de inversión prudente y fundamentado en datos para garantizar la seguridad financiera a largo plazo. De esta manera, el inversionista podrá proteger y hacer crecer su capital de manera sostenible en un entorno económico dinámico y cambiante.
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