¿Qué tienen en común los yates, el whisky, los waffles, los martillos y el semen de toro?
Todos integran una lista de artículos que ahora necesitan la autorización de los burócratas de Buenos Aires cada vez que una empresa quiera importarlos.
La nueva restricción, dada a conocer el jueves, forma parte del frenético intento del Gobierno por estabilizar la moneda y contener una inflación que se ha disparado por encima del 70%.
La lista incluye un total de 31 artículos, y es difícil entender, al menos a primera vista, qué los conecta y cómo llegaron allí (y no los miles de otros productos que se importan a Argentina cada año). Hay resaltadores y máquinas de criptominería; altavoces y perchas.
Cuando se le preguntó cómo se elaboró la lista, un portavoz del Gobierno dijo que los funcionarios habían detectado un aumento desmesurado en la importación de estos 31 artículos, que calificó como no esenciales.
Este aumento ha contribuido a alimentar un aumento del costo total de las importaciones del país y a drenar los tan necesarios dólares de las arcas del banco central.
Las restricciones entran en vigor de forma inmediata.