La Unión Europea (UE) lanzó disposiciones para fomentar el desarrollo de tratamientos para COVID-19, incluidos los síntomas persistentes e incapacitantes ya llamados “COVID largo”, con miras a autorizar hasta cinco nuevos enfoques efectivos hasta el fin del año.
Esta estrategia contempla el apoyo financiero para la investigación y la flexibilización regulatoria, y debería permitir que se autoricen tres nuevos tratamientos contra COVID-19 hasta octubre del 2021 y posiblemente dos más para fin de año, según la Comisión Europea.
Hasta ahora, solo se ha aprobado un tratamiento antiCOVID específico en la UE, basado en el antiviral Remdesivir.
Sin embargo, entre el 10% y 15% de los pacientes enfermos de COVID-19 posteriormente sufren síntomas duraderos, tales como trastornos respiratorios y digestivos, fatiga intelectual extrema, dolor, confusión.
Estas dolencias pueden afectar más o menos gravemente la vida personal y profesional de un paciente pero sus razones fisiológicas siguen siendo poco conocidas, lo que torna muy difícil el tratamiento médico.
“Científicos dicen que es probable que el COVID-19 se convierta en endémico, un virus que circula entre nosotros y con el que tenemos que convivir, como la gripe. Tenemos que controlarlo y minimizar su impacto”, dijo la comisaria europea de Salud, Stella Kyriakides.
Para la funcionaria, las vacunas no pueden ser las únicas armas disponibles para enfrentar la pandemia.
Bruselas pretende establecer antes de julio un mecanismo “para respaldar los tratamientos más prometedores, desde la investigación preclínica hasta la autorización de comercialización”, en trabajo asociado con la Autoridad Europea de Preparación y Respuesta a Emergencias Sanitarias (HERA).
Este mecanismo garantizará “la coordinación de todos los proyectos de investigación sobre tratamientos y contribuirá a su desarrollo”, aseguró la Comisión Europea, sin ofrecer detalles específicos.
La Comisión pretende invertir 90 millones de euros en “estudios demográficos” y ensayos clínicos, además de otros 5 millones para mejorar la recolección de datos de ensayos, y un valor similar para analizar los procesos de fabricación de los medicamentos.
Estas sumas siguen siendo relativamente modestas en comparación con las cantidades invertidas el año pasado en el desarrollo de vacunas antiCOVID, pero deberían permitir “montar una cartera de 10 tratamientos potenciales para luchar contra el COVID-19 e identificar los cinco más prometedores antes de junio”.