El ejército ruso bombardeó el domingo una escuela de arte donde se refugiaban unas 400 personas en la ciudad asediada de Mariúpol, según las autoridades ucranianas. El presidente de Ucrania dijo que el asfixiante asedio ruso a la ciudad portuaria se recordaría durante siglos.
Era la segunda ocasión en menos de una semana en la que las autoridades municipales informaban de un ataque a un edificio público donde se habían reunido civiles para refugiarse de los ataques. Una bomba golpeó el miércoles un teatro de Mariúpol donde se cree que había 1.300 personas, según las autoridades.
En un primer momento no había noticias de bajas del ataque reportado a la escuela de arte, que The Associated Pres no pudo verificar de forma independiente. Las autoridades ucranianas no han dado información sobre la búsqueda en el teatro desde el viernes, cuando dijeron que al menos 130 personas habían rescatadas.
La ciudad estratégica lleva tres semanas rodeada por tropas rusas que la bombardean sin cesar, y se ha convertido en un símbolo del horror de la invasión rusa en Ucrania. Las autoridades locales dicen que el asedio ha cortado los suministros de agua y energía y matado al menos 2,300 personas, algunas de las cuales tuvieron que ser sepultadas en fosas comunes. La comida, el agua y la calefacción escasean.
“Hacer esto a una ciudad pacífica, lo que han hecho los ocupantes, es un acto de terror que será recordado por siglos”, dijo Zelenskyy en su discurso nocturno a la nación. “Cuanto más utilice Rusia el terror contra Ucrania, peores serán las consecuencias”.
En los últimos días, las fuerzas rusas se han abierto paso hasta la ciudad, la han aislado del Mar de Azov y han devastado una enorme planta siderúrgica. La caída de Mariúpol sería una importante pero costosa victoria para los rusos, que han visto la mayor parte de sus avances frenados en otras grandes ciudades tras más de tres semanas de la mayor invasión terrestre en Europa desde la II Guerra Mundial.
Los bombardeos rusos han matado a cientos de hombres, mujeres y niños han muerto en diferentes lugares de Ucrania, mientras millones de civiles acudían a refugios subterráneos o huían del país.
En la capital, Kiev, al menos 20 bebés nacidos de madres sustitutas esperaban en un refugio improvisado a que sus padres extranjeros pudieran viajar al país devastado por la guerra y los llevasen a casa. Los pequeños, algunos de apenas unos días de vida, eran atendidos por enfermeras que no podían salir del refugio por el bombardeo constante de las fuerzas rusas que tratan de rodear la ciudad.
Unos 70 bebés fueron evacuados de Sumy, otra ciudad golpeada por los combates. Los huérfanos, que en su mayoría requiere atención médica constante, serán acogidos por un país extranjero que no fue especificado, indicó el gobernador de la región nororiental de Sumy, Dmytro Zhyvytskyy.
Al menos cinco civiles, incluido un niño de nueve años, murieron en nuevos ataques rusos contra la ciudad de Járkiv, en el este del país, según autoridades locales.
El Ministerio británico de Defensa dijo que la incapacidad rusa para tomar el control del espacio aéreo de Ucrania “ha limitado de forma significativa su progreso operativo” y les ha obligado a depender de armas lanzadas desde la seguridad relativa del espacio aéreo ruso.
Hasta 40 infantes de marina murieron el viernes de madrugada en un ataque de cohete contra la ciudad portuaria de Mykolaiv, en el Mar Negro, según dijo a The New York Times un oficial militar ucraniano. Eso lo convertiría en uno de los ataques más letales contra fuerzas ucranianas.
En otro incidente, Rusia dijo haber atacado un depósito ucraniano de combustible con un misil hipersónico Kinzhal en Kostiantynivka, cerca del puerto del Mar Negro de Mykolaiv, según el mayor general Igor Konashenkov, vocero del Ministerio ruso de Defensa. El ejército ruso anunció el día anterior el primer uso del Kinzhal en combate para destruir un depósito de munición en Diliatyn en los Cárpatos, en el oeste de Ucrania.
Rusia ha dicho que el Kinzhal, transportado por cazas MiG-31, puede alcanzar objetivos a 2,000 kilómetros (1,250 millas) de distancia a una velocidad 10 veces mayor que la del sonido. El secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, dijo el sábado que Estados Unidos no podía confirmar el empleo de un misil hipersónico en Ucrania.
Konashenkov dijo que misiles de crucero Kalibr lanzado por buques de guerra rusos también habían participado en el ataque al depósito de combustible en Kostiantynivka y para destruir una planta de reparación de blindaje en la ciudad de Nizhyn, en la región Chernígov, en el norte de Ucrania.
Una resistencia ucraniana inesperadamente fuerte ha vaporizado las esperanzas del presidente de Rusia, Vladimir Putin, de alcanzar una victoria rápida tras ordenar a sus tropas que invadieran Ucrania el 24 de febrero.
Aunque el Kremlin ha dicho que Rusia realiza una “operación militar espacial” dirigida contra objetivos legítimos, el secretario de Defensa de Estados Unidos Lloyd Austin, dijo el sábado que las “técnicas brutales, salvajes” contra los civiles habían permitido avanzar a las tropas de Moscú.
Organismos de Naciones Unidas han confirmado más de 847 civiles muertos desde el inicio de la guerra, si bien reconocen que el número real probablemente sea mucho mayor. De acuerdo con la ONU, casi de 3,4 millones de personas han huido de Ucrania como refugiados.
Las estimaciones de bajas rusas son muy dispares, pero incluso las cifras más conservadoras hablan de pocos miles de muertos. La muerte de cuatro generales rusos, según reportes, de los 20 que se estima participan en la campaña, apunta a complicaciones en la cadena de mando, dijo Dmitry Gorenburg, investigador sobre seguridad rusa en el grupo de estudios CNA, con sede en Virginia.
Rusia necesitaría 800,000 soldados -casi tantos como todos sus militares en servicio- para controlar Ucrania en el largo plazo ante una oposición armada, dijo Michael Clarke, exdirector del Royal United Services Institute, un grupo de estudios de defensa con sede en Gran Bretaña.
“A menos que los rusos pretendan ser completamente genocidas -podrían allanar todas las grandes ciudades, y los ucranianos se alzarán contra la ocupación rusa- habrá una guerra de guerrillas constante”, dijo Clarke.
Ucrania y Rusia han celebrado varias rondas de negociaciones dirigidas a poner fin al conflicto, pero siguen divididas por varias cuestiones. Moscú presiona para su vecino quede desmilitarizado, mientras que Kiev está dispuesta a renunciar a su ingreso en la OTAN pero reclama garantías de seguridad.
Las evacuaciones desde Mariúpol y otras ciudades asediadas continuaron por ocho de 10 corredores humanitarios acordados el sábado por Ucrania y Rusia, según dijo la vice primera ministra Iryna Versehchuk, y las autoridades dijeron que 6.623 personas habían salido de Kiev y otras ciudades.
Vereshchuk dijo que la ayuda humanitaria planificada para la ciudad sureña de Jersón, que Rusia había tomado al inicio de la guerra, no pudo entregarse porque tropas rusas detuvieron los camiones a mitad de camino.
Casi 40,000 personas han huido de la asediada de Mariúpol en la última semana, según dijeron el domingo las autoridades locales. Eso es casi el 10% de sus 430,000 habitantes. Los civiles huyeron en sus propios vehículos pese a los ataques y bombardeos.
El consejo de la ciudad de Mariúpol afirmó horas después que los soldados rusos habían reubicado por la fuerza a varios miles de residentes de la ciudad, en su mayoría mujeres y niños, en Rusia. No dijo en qué parte de Rusia, y la AP no pudo confirmar de momento la afirmación.
También algunos rusos han huido de su país en medio de una amplia represión contra la disidencia. Desde que comenzó la invasión de Ucrania, la policía ha detenido a miles de manifestantes contrarios a la guerra, mientras que agencias del gobierno han silenciado a medios independientes y bloqueado el acceso a medios sociales como Facebook y Twitter.